Sociedad

Isabel Burdiel, ganadora del Premio Nacional de Historia

MADRID. Actualizado: Guardar
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Toda una década de investigación ha dedicado Isabel Burdiel (Valencia, 1958) a indagar en abundante material inédito y delimitar los perfiles político y humano de Isabel II, un personaje «crucial» en la historia contemporánea española y «fundamental» para la actual monarquía. Tas una primera aproximación biográfica a la reina, publicada en 2004, esta investigadora y profesora de historia sacó a la luz el año pasado 'Isabel II. Una biografía (1830-1904)' (Taurus), obra que mereció ayer el premio Nacional de Historia. Se lo concedió por unanimidad el jurado que falló este galardón dotado con 20.000 euros y que Cultura otorga anualmente para «reconocer y estimular la importante labor de estudio e investigación histórica que viene realizándose en los temas relacionados con la historia de nuestro país».

«Tuvo que reinar en un momento muy complicado. Fue la primera reina constitucional de España y eso provocó un gran conflicto político y armado con los carlistas», señala Burdiel para situar al personaje de Isabel II de Borbón, llamada 'la de los tristes destinos'. Fue una cría que llegó al trono con tres años, que fue coronada y se hizo cargo del Gobierno con trece y que «con apenas dieciséis le obligaron a casarse con un primo suyo al que detestaba». «Fue muy maltratada y estuvo muy manipulada desde niña. Su poder se trató peligrosamente de instrumentalizar desde todos los sectores, y desde luego por su madre» apunta su biógrafa.

Su poder se trató peligrosamente de instrumentalizar desde todos los sectores, y desde luego por su madre» apunta su biógrafa. «Eso hizo que se fabricara un personaje poniendo el énfasis en los caprichos, las manías y las excentricidades y en su reaccionarismo más arcaico con el evidente interés de manipularla políticamente», insiste Isabel Burdiel .

Sexo, mentiras y tópicos

Esa tergiversación permitió que se configurara y perviviera en la memoria colectiva una visión tópica y viciada, construida con medias verdades cuando no con un puñado de mentiras sobre la reina.

«Tanto, que se ha impuesto la visión más legendaria sobre la real» admite Burdiel. Ese afán de enfatizar la anomalía sobre la normalidad llevó a que se trazara el perfil de una depredadora sexual que no responde a la realdad. «Es cierto que tuvo muchos amantes, pero eso era lo habitual entre la aristocracia y la realeza de la época» subraya Burdiel. «Es absurdo hablar de ninfomanía. Simplemente fue una mujer que estuvo mal casada», sostiene.