El nacionalismo vasco recupera la hegemonía

El retorno de la izquierda abertzale a las urnas provocó ayer un vuelvo electoral en el País Vasco, solo un mes después de que ETA anunciase el cese definitivo de sus acciones terroristas.

Las fuerzas nacionalistas e independentistas recuperaron ayer la hegemonía del mapa político vasco al tiempo que el PSE, el gran vencedor de las elecciones generales de 2008, se hundió en estos comicios, se dejó casi la mitad de los votos y los escaños logrados hace cuatro años, y pasó de ser la primera fuerza política del País Vasco a la tercera.

El resultado de ayer no dejó lugar a dudas. Con casi la totalidad de los votos contabilizados, la suma de PNV más Amaiur se llevó 11 de los 18 diputados en liza en las tres provincias. Entre ambas formaciones aglutinaron más del 51% de los votos válidos escrutados en esta comunidad autónoma.

De hecho, fueron ambas siglas las que mantuvieron un cerrado pulso durante todo el recuento para determinar cuál era el partido vencedor de los comicios en el País Vasco. Al final hubo una especie de tablas. Los nacionalistas de Josu Erkoreka fueron la formación con un mayor porcentaje de votos, pero Amaiur se convirtió en el partido del País Vasco que tendrá más escaños en el Congreso.

Con estos resultados, el PNV, con algo más del 27% de los votos y unos 320.000 sufragios, se adjudicó cinco diputados, uno menos que en 2008, pero suficientes para volver a tener grupo parlamentario en el Congreso. Su victoria, como es habitual, estuvo cimentada en el fuerte apoyo en su feudo tradicional: Vizcaya.

Amaiur, por su parte, acumuló más de 275.000 votos entre las tres provincias y logró casi el 24% de los sufragios válidos. Su bastión fue Guipúzcoa, donde sumó el 35% de las papeletas. Con estos resultados, la izquierda abertzale tendrá un importante grupo en el hemiciclo madrileño, porque a los seis escaños que consiguió en el País Vasco habrá que sumarle un séptimo que obtuvo en Navarra.

Es el mejor resultado histórico de los independentistas radicales vascos que, hasta el momento, tenían como referente el que Batasuna logró en 1986, cuando consiguió cinco diputados, pero con casi la mitad de votos que ayer cosechó Amaiur.

El PP se queda igual

El gran perdedor de las elecciones generales en el País Vasco es el PSE que ha tenido un castigo de los votantes de izquierda al menos tan fuerte como el PSOE en el ámbito nacional. Los socialistas vascos han caído desde los nueve escaños de 2008 a los cuatro que obtuvieron este domingo. Ha pasado de ser el indiscutible número uno a colocarse tercero, por detrás de Amaiur, con unos 260.000 votos y un porcentaje del 22%.

El castigo al PSE fue general. Perdió casi el 40% de los votos obtenidos en 2008, con una caída de unos 16 puntos porcentuales. Su pinchazo no tuvo un solo origen, el batacazo fue prácticamente idéntico en las tres provincias.

Quien siguió los resultados como un invitado de piedra fue el PP vasco. En ningún momento de la noche se jugó nada especial. El partido de Antonio Basagoiti repitió, con una levísima tendencia a la baja, el mismo resultado obtenido en 2008. Tendrán tres escaños en el Congreso, con el 18% de los sufragios y unos 210.000 votos. Su única satisfacción es que la caída del PSE le colocó como vencedor en Álava.