El racinguista Ezequiel intenta llevarse el balón ante Abel. :: E. LINDBERG
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El líder vence sin despeinarse

El Portuense da la sensación de equipo plano, sin alma ni reacción, pierde la cara al partido en tres minutos y se complica la vida con el descenso Victoria cómoda para un Sanluqueño que sigue creciendo y que apunta alto

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Otros tres puntos que vuelan del José del Cuvillo. Aunque en esta ocasión, el Portuense no los vio ni de lejos. El equipo rojiblanco hincó la rodilla ante un Sanluqueño que encarriló el partido cuando decidió ponerse a jugar al fútbol en serio. Hasta entonces, los de Galisteo aguantaron a base de voluntad y de las buenas maneras de Piñero, el único que se salva de una delantera a la que le cuesta una enormidad crear ocasiones y, por supuesto, materializarlas.

A pesar de todo, fue el Sanluqueño el que se acercó de manera más clara en unos primeros 45 minutos en los que se pudo ver bastante poco. Lo más claro fue una jugada que finalizó Jorge Herrero con un disparo desviado, cuando lo tenía todo a su favor para marcar gracias al buen pase de Adrián Gallardo desde la izquierda. El isleño también la tuvo al aprovechar una mala cesión de Isaac a su portero, aunque el pichichi de la categoría no acertó a enviar el balón al fondo de las mallas.

El único disparo del Portuense en toda la primera parte fue obra de Dani Cadena en el minuto 30, aunque Fran atrapó el balón sin demasiados apuros. El que fuera jugador del Sanluqueño la pasada temporada se mostró muy activo durante todo el partido, dando siempre la cara. Aunque eso no es suficiente. El mediapunta racinguista también fue protagonista en los instantes iniciales del segundo tiempo, al firmar dos acercamientos de los locales, eso sí, sin ningún peligro.

En un abrir y cerrar de ojos

Pero entonces se le encendió la luz al Sanluqueño, que se puso a tocar la pelota y a demostrar por qué es el líder destacado de la categoría y lo está ganando todo.

En un abrir y cerrar de ojos, los de Pepe Carrete ya se habían puesto ganando por dos a cero. Adrián Gallardo fue el autor del primer tanto en el minuto 49. Remachó a la red con todo el tiempo del mundo y sin oposición una asistencia impecable del exracinguista Abel, y después se fue hacia la grada a pedir perdón, pues no olvida que fue en el Cuvillo donde terminó de explotar y donde puso los cimientos para convertirse en lo que hoy por hoy es, uno de los mejores delanteros de la categoría. Ahí están los números que lo demuestran.

Se nota que el pichichi está con confianza porque ayer lo intentó todo y remató todo lo que le llegó a sus botas, e incluso se marcó una cabalgada por todo el campo para plantarse solo ante Ismael, si bien no lo hizo bien en el disparo.

El segundo lo hizo tres minutos después Jorge Herrero, al aprovechar una perfecta triangulación que nació en las botas de Gallardo. El también exracinguista (medio equipo ayer del Sanluqueño tenía pasado rojiblanco)remató a la red una nueva asistencia de Abel. Enésima ocasión en la que el equipo de Galisteo recibe goles en un espacio corto de tiempo que le cuestan la pérdida de puntos importantes.

Desde ese preciso momento, el Portuense pareció perder la fe y se vino un poco abajo ante un Sanluqueño que se gustaba y que lo intentaba. Hasta que encontró el premio del tercero, de nuevo obra de Jorge Herrero, que remató otra buena asistencia de Abel sin que ningún defensa ejerciera oposición alguna.

A raíz del gol, el Portuense se lanzó tímidamente a por el tanto del honor, en gran parte porque el Sanluqueño quitó el pie del acelerador. En estos minutos se vio a un gran Rober, un juvenil al que, al menos, se le vieron maneras. Tom Corner, Lolo Prado o Expósito la tuvieron, pero el Portuense da la sensación de ser un equipo muerto, como sin alma, totalmente plano y sin argumentos para la reacción.