España al límite
La compra puntual de deuda por el BCE aporta un alivio pasajero pero no despeja un panorama económico convulso
Actualizado: GuardarLa presión generalizada sobre la deuda soberana de los países del euro condujo ayer a España a subastar 3.562 millones de euros a un interés a 10 años del 7%, considerado hasta la fecha el umbral del rescate, y a una prima de riesgo que alcanzó los 499 puntos. Tan alarmante situación fue sorteada gracias a la compra de bonos españoles por parte del BCE. Pero el alivio no despeja un horizonte en el que tales episodios tenderán a repetirse mientras las economías del euro ofrezcan un flanco propicio para la búsqueda de mayor rentabilidad a costa de las necesidades públicas. La compra puntual de la deuda de aquellos países que se encuentren en apuros constituye una medida imprescindible pero en ningún caso suficiente. La renuencia y la lentitud con la que las instituciones europeas posponen una y otra vez la adopción de medidas de más largo alcance es el reflejo de intereses encontrados entre los principales socios. La demostración más palpable es que no acaba de habilitarse el nuevo fondo de rescate, aun cuando las turbulencias han llegado a elevar la presión sobre economías de peso como la italiana, la española e incluso la francesa. La asunción de una disposición más proactiva por parte del BCE exigiría la emisión de eurobonos que integrasen las distintas deudas soberanas en un sistema de financiación solidaria, dentro de una revisión global de los límites legales que estrechan el margen de maniobra de la entidad presidida por Draghi. Pero parece evidente que ello requeriría una disciplina presupuestaria y una cohesión fiscal mayor de la que por ahora ofrece Europa. El problema es que mientras tanto los mercados continuarán lastrando las cuentas de la mayoría de los países, obligados a abonar una tasa creciente de intereses, y la competitividad de sus entidades financieras. Lo que a su vez dificultará tanto el cumplimiento de los objetivos de déficit como la dotación presupuestaria de partidas públicas que mantengan una aportación mínima a la actividad económica general. Se trata del círculo viciado del que los socios cuya solvencia ha sido puesta en cuestión no pueden zafarse en solitario. Un círculo viciado que reduce la capacidad de recuperación de Alemania como un problema del que difícilmente se librarían los países que cuentan con la triple A dislocando la Europa del euro.