La maldición del 7%
MADRID. Actualizado: GuardarLa ofensiva sobre la deuda soberana de los países europeos más vulnerables se exacerba, y en este caso nos afecta de lleno. En la subasta de ayer, el Tesoro ha tenido que pagar por sus obligaciones a diez años una rentabilidad marginal -la máxima, antes de que se suspenda la colocación- del 7% para convencer a los compradores.
¿Por qué estas cifras han disparado todas las alarmas? Algunos analistas relacionan estos niveles con una situación de inminente rescate porque Grecia fue intervenida el 10 de mayo de 2010 cuando su prima de riesgo alcanzó los 450 puntos básicos y la Unión Europea acudió en auxilio de Irlanda al llegar este diferencial a los 544 puntos básicos en noviembre de ese mismo año. Portugal tuvo que tirar la toalla con una prima de riesgo de 627 puntos.
¿Qué acontecimientos han colocado otra vez a España en primera línea de fuego de los especuladores? Italia se convirtió, antes que España, en el foco de los ataques. De hecho ya superó días atrás la prima de riesgo de los 500 puntos. Los expertos creen que el periodo preelectoral y la transición a un futuro gobierno han diluido esa ventaja.
¿Qué consecuencias tiene la rápida escalada de la prima de riesgo de España? En primer lugar, encarece la financiación pública hasta niveles difícilmente soportables. Ese encarecimiento lo contamina todo, hace inviable la financiación de las empresas y estrangula el crecimiento.
¿Tiene sentido hablar de un rescate de España por parte del resto de los socios del euro? El tamaño de España -su economía equivale a cuatro veces la griega- y el efecto contagio sobre Italia lo hacen descartable.
¿De qué recursos dispone el Fondo de Rescate? La primera dotación, incluidos avales, fue de 440.000 millones de euros, y el Consejo Europeo de finales de octubre acordó ampliar la capacidad de maniobra del fondo a un billón, mediante la posibilidad de respaldar hasta el 20% de la nueva deuda que emitan los países en dificultades.
¿Qué soluciones se están planteando para hacer frente a la crisis de la deuda? Cuando Italia y España sufrieron los primeros ataques, el BCE resucitó su programa de compra de deuda para aplicarlo a los títulos de los dos países en el mercado secundario. Los efectos de esta timorata actuación se han diluido, y la institución monetaria ya no sirve de cortafuegos. Por eso se le pide una mayor y más decidida implicación.