Condenado por maltratar a su esposa y a sus hijos, de los que tenía celos
El hombre, vecino de Sanlúcar, se enfurecía cuando la mujer daba muestras de cariño en la casa y acusaba a los tres de cometer incesto
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa esposa de Antonio L. G. tenía que reprimir sus instintos maternales. Cualquier caricia, palabra de aliento o demostración de cariño a su hija y a su hijo provocaban que su marido se enfureciera y la emprendiera de manera violenta contra los tres. Tales eran sus celos.
Así lo recoge la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz que condena a este vecino de Sanlúcar, de 60 años, a cinco años de prisión por dos delitos de malos tratos habituales contra su familia y otros dos de lesiones leves, por golpear a su mujer y a su hijo en una pelea que tuvo lugar el pasado 4 de abril de este mismo año. Aquel fue el último episodio de violencia de Antonio hacia su mujer y su hijo. Un día antes, ya se había enfrentado a su hija, porque la joven había tirado una lata llena de vino mientras recogía la mesa.
El hombre zarandeó a la joven por las solapas después decir que mantenía relaciones incestuosas con su hermano y con su madre. Además, cuando la hija se zafó de sus manos, le amenazó con que «iba a contratar a cuatro amigos y que la iban a matar». Al día siguiente, la esposa se lo reprochó y Antonio la insultó y comenzó a acusarla también de incesto, mientras la sacudía. Entonces, el hijo de 23 años se interpuso entre ambos, para defenderla. En un momento de la discusión, Antonio cogió una silla, pero el hijo se adelantó y le golpeó con otra. La Policía detuvo al padre y un juez lo envió a prisión preventiva.
Lo más llamativo es que Antonio denunció a su hijo y a su esposa por los golpes que recibió, así que las dos víctimas tuvieron que sentarse como acusados en el juicio. El tribunal, que explica que la familia «ha vivido en un estado de terror permanente», los ha absuelto al estimar que el hijo actuó en legítima defensa.