Arriba, la silla vacía de Siria en la reunión de la Liga Árabe celebrada ayer en Rabat. Abajo, un niño lanza un objeto a un coche en Daraa. :: AP
MUNDO

Siria se encamina hacia la guerra civil

Un grupo de militares desertores matan a ocho soldados en una base de la inteligencia castrense, mientras el régimen masacra a otras 16 personas

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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La situación en Siria parece dirigirse de forma inexorable hacia un conflicto armado que podría derivar en una guerra civil. Ayer, militares desertores que se han unido al Ejército Libre Sirio atacaron una base de la inteligencia castrense cerca de la capital y mataron a ocho soldados, mientras que el régimen masacraba a otras 16 personas en varias provincias del país. Justo ayer entró en vigor la suspensión que la Liga Árabe ha impuesto a la participación de Damasco, que se encuentra cada vez más aislado.

Al parecer, los desertores atacaron la base de Harasta desde tres flancos y con armas automáticas y lanzacohetes en el mayor ataque del Ejército Libre Sirio (ELS) desde que anunciara su creación el pasado mes de julio. La base atacada pertenece a la Inteligencia Aérea -un cuerpo creado por Hafez el-Asad, padre del actual presidente-, que ha sido uno de los órganos más activos en la sanguinaria represión del régimen contra la población que pide democracia. Un miembro de los Comités de Coordinación Local -opositores- aseguró a la agencia Efe que el edificio atacado por los desertores albergaba un centro de detención y tortura.

El ELS ha llegado a asegurar que cuenta entre sus filas con más de 15.000 soldados desertores, aunque entre los analistas se considera que se trata de una cifra muy por encima de la realidad. A pesar de que los diferentes grupos de la oposición siria han intentado mantener el carácter pacífico de las protestas, parece que los militares desertores cada vez están más decididos a coger las armas.

La ONU ya advirtió la semana pasada de que cada vez son más los soldados que «rechazan ser cómplices en crímenes internacionales y cambian de bando», aseguró la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay. Según la jurista, existe el riesgo de que la crisis siria acabe como la guerra civil libia.

«Medidas urgentes»

Desde ayer, la participación siria en la Liga Árabe se encuentra suspendida. Sus ministros de Exteriores y Ahmed Davutoglu, el jefe de la Diplomacia turca, se reunieron ayer en Rabat, desde donde aseguraron que es necesario tomar «medidas urgentes» para frenar el derramamiento de sangre en Siria. Entre las posibles acciones, sin embargo, no barajan la intervención extranjera, que tanto los árabes como Turquía rechazaron ayer tajantemente. Ambos sí que la apoyaron en el caso de Libia.

Damasco había intentado varios movimientos de última hora -como la liberación el martes de más de un millar de personas detenidas en las protestas- para frenar su suspensión, acciones que no han dado finalmente los frutos esperados por el régimen. La medida de la Liga Árabe fue acogida ayer en la capital siria con la furia de algunos de los seguidores de Bashar el-Asad, que respondieron atacando las embajadas de Marruecos, Emiratos Árabes Unidos y, por segunda vez, la de Catar, la monarquía absoluta que ha apoyado con más vehemencia las revoluciones de la 'primavera árabe'. Anteriormente habían sido asaltadas las legaciones de Jordania, Turquía y Arabia Saudí.

Francia también decidió ayer retirar a su embajador de la capital siria y cerrar sus consulados, una muestra más del aislamiento internacional al que se está condenando El-Asad.