¡Aquí huele a muerte!
Actualizado: GuardarNo crean ustedes que me voy a referir a uno de esos bodrios a los que estábamos acostumbrado, hace años de nuestro cine español, en los que los López Vázquez, Fernán Gómez y compañía hacían de las suyas. Tampoco a que estamos en el mes que llamamos de los difuntos y ni tan siquiera al minuto de silencio (enhorabuena a mi amigos del club por el detalle) por los fallecidos durante el año y que fueron en vida socios y por lo tanto 'sufridores' de nuestro querido Xerez, aunque en verdad aquello me dio un poco de mala espina. Y efectivamente mi mal augurio se hizo realidad, la de que el Xerez palmó en la desapacible tarde noche del sábado. No voy a entrar en los detalles del partido, si debió jugar menganito, ni que lo tenía que hacer zutanito, porque para ello los distintos y numerosos por cierto medios de nuestra ciudad dedicados a esos menesteres ya habrán dado cuenta. Me centro en el titular de mi columna de este martes, ¡Aquí, huele a muerto! Nuestro equipo se acerca a los puestos fatídicos y hace -ya ni me acuerdo- que no gana. Hace dos semana titulaba mi columna 'Las orejas al lobo' y la de la semana pasada '...y el lobo entero'. Pues bien, el sábado, el dichoso lobo estaba ya sentado en las gradas de Chapín, con su servilleta al cuello y con tenedor y cuchillo dispuesto a zamparse a nuestros desorientados jugadores, técnico incluido, y amenazando incluso al bueno y mejor amigo Antonio Millán, que curtido en mil batallas, pero de muy distinto estilo, ya se estará preguntando, «estoy dejando al club de Primera Comunión, con todos los papeles en orden, como no han estado nunca en esta puñetera casa, pero yo no estaba preparado para luchar contra los elementos» - como diría un tal Felipe, hace algunos añitos. No, no ,el tal Felipe no fue ningún entrenador del pasado, este se dedicaba a ganar partidos pero de otra forma. Pero mi querido y admirado Antonio, desgraciadamente la pelota está en tu tejado, un tejado con goteras y que me imagino no sabrás cual tapar primero. Pero, presidente ¡aquí huele a muerto!