La Liga Norte convoca el Parlamento de Padania
El partido de Bossi, tras ocho años con Berlusconi, se echa al monte para intentar recuperar a su electorado
ROMA. Actualizado: GuardarEl aspecto de opereta de toda tragicomedia italiana quedó asegurado ayer por la decisión de la Liga Norte de plantar al nuevo primer ministro, Mario Monti, no acudir a su ronda de consultas y volver a las andadas. Su líder, Umberto Bossi, solo llamó a Monti por teléfono para decirle que no iban y no apoyarían el nuevo Ejecutivo. Pero fue aún mejor cuando anunciaron la reapertura en diciembre del llamado Parlamento de la Padania, o del Norte, un invento olvidado de 1997, cuando estaban en la oposición y proclamaron la secesión de Italia. La Padania es un territorio imaginario que abarcaría la llanura del Po y la Liga, y solo ella, ve en él un glorioso pasado de raíces celtas, druidas y puede que hasta algún gnomo.
Este cambio de rumbo no es una sorpresa y lo llevan amagando desde hace meses, exactamente desde su batacazo en las municipales de mayo. Siempre dejan la corbata verde y se acuerdan de los disfraces de Astérix y Obélix cuando no están en el Gobierno. Se confirma así que la Liga va a aprovechar esta fase para intentar «rehacerse la virginidad», como confesó Bossi el otro día. Es decir, intentar lavarse la cara de su alianza con Berlusconi para recuperar su electorado.
El Parlamento padano es un edificio de Vicenza en donde se reúne gente del partido, repartida en corrientes y votada en unas elecciones informales. Al principio duró cuatro años, porque lo cerraron en 2001 tras ganar las elecciones con Berlusconi. Estando en el Gobierno quedaba raro. Fueron abandonando la idea de la independencia por el federalismo fiscal y con ese alto ideal han tragado una década con los desmanes de 'Il Cavaliere'. En 2007, al perder las elecciones de nuevo, buscaron las llaves y lo reabrieron. Pero al ganar en 2008 se volvieron a olvidar de él.
Como detalle surrealista, su presidente era Roberto Maroni, hasta ahora nada menos que ministro de Interior. Pero era difícil superar la paradoja de su condena por resistencia a la autoridad en 1996, tras morder el tobillo a un policía que quería registrar la sede de la Liga.