El Gobierno de unidad griego se estrena con roces y confusión
El nuevo primer ministro llama a cumplir los ajustes exigidos por la UE ante el rechazo del líder de la oposición
BRUSELAS. Actualizado: GuardarEl Gobierno de unidad griego inició ayer su delicada misión de intentar salvar al país con mensajes confusos y poco alentadores. El nuevo primer ministro, el exvicepresidente del BCE Lucas Papademos, se comprometió a cumplir con las exigencias de la UE, pero a la vez admitió que los 100 días de vida otorgados a su Ejecutivo son insuficientes para llevar a cabo los ajustes. Las dudas de Papademos cobraron todavía mayor cuerpo con el último órdago de la oposición conservadora que, pese a formar parte del Gabinete de urgencia, rechazó más recortes y se negó a comprometerse por escrito con Bruselas.
Papademos compareció por primera vez en el Parlamento heleno tras jurar su cargo el pasado viernes. El exvicepresidente del BCE, que según las encuestas goza del respaldo de la mayoría de la población, anticipó ante los diputados los planes de su Gobierno. Por orden de prioridades, remarcó la necesidad de desbloquear la ayuda europea de 8.000 millones imprescindible para esquivar la bancarrota a mediados de diciembre. «La salida de la crisis y el desarrollo no serán posibles sin sacrificios, pero deben ser repartidos de forma justa», remarcó antes de abogar por un nuevo programa de ajuste, lo que abre la puerta a más negociaciones con la UE.
Los 17 miembros de la Eurozona exigen como condición central para la entrega de los 8.000 millones que las dos grandes formaciones políticas se comprometan con los recortes por escrito. Este requisito se puso sobre la mesa tras el fallido referéndum que quebró la confianza de los socios en la palabra de los griegos. Papademos remarcó que la exigencia no debe interpretarse como un ultimátum, sino como una «obligación» nacional «hacia los países que nos apoyan».
El mensaje del primer ministro tenía un destinatario claro. Horas antes de que se dirigiera al Parlamento, el líder de la formación conservadora Nueva Democracia advirtió de que no apoyará más ajustes ni firmará ninguna declaración de compromiso para la UE. «Estoy de acuerdo con el objetivo de reducir el gasto público, pero no con cualquier medida que frene el crecimiento», avisó Antoni Samaras, que cuenta con dos correligionarios en el Gobierno de unidad, dominado por los socialistas del Pasok. El tercer partido del Ejecutivo, el ultraderechista Laos, se sumó al incipiente motín al señalar que no permitirá más recortes en las pensiones o en los salarios públicos.
Plan de empleo
Papadimos eludió en su intervención precisar nuevos ajustes, aunque reconoció que podría verse obligado a retocar los impuestos. En cambio, anunció la puesta en marcha antes de fin de año de 24 programas de fomento del empleo -el paro alcanza el 18%- y la aprobación por la vía de urgencia de 20 proyectos de inversión extranjera valorados en 5.500 millones. El exvicepresidente del BCE atribuyó a las políticas del Gobierno anterior de buena parte de la situación actual y anunció un renovado combate contra la evasión fiscal, uno de los grandes problemas del país.
La UE no solo sigue con lupa los movimientos en Grecia. La Comisión, a instancias de los miembros de la zona euro, controlar los pasos para la formación de un Gobierno técnico en Italia. Pese a la tranquilidad que ha suscitado la elección del excomisario Mario Monti para encabezar el Ejecutivo, Bruselas recordó que «el diagnóstico de la economía transalpina no ha cambiado» por la dimisión de Berlusconi.