Rajoy bota en el mitin de ayer del PP en Valencia. :: H. KALIS / REUTERS
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Rajoy proclama su victoria una semana antes de las elecciones

«Amigas y amigos, creo que vamos a ganar; lo creo y lo digo», afirmó en Valencia ante casi 20.000 personas

VALENCIA. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy transformó ayer la euforia contenida en euforia desatada. Con las encuestas a su favor y el 'subidón' que provoca la ovación y el calor de los 20.000 seguidores apiñados en la plaza de toros de Valencia, el candidato proclamó: «Amigas y amigos, creo que vamos a ganar; lo creo y lo digo, pero luego viene lo más difícil».

Nunca antes se había mostrado tan rotundo y eso que faltan aún seis días para que se abran las urnas. Los prospecciones del PP marcan desde el principio de la campaña una «ventaja inamovible» de entre 15 y 16 puntos sobre el PSOE, según fuentes de la dirección del partido. La mayoría absoluta la tienen garantizada en «un 80%» y sólo en el peor de los escenarios barajan obtener una holgada mayoría simple.

La dirección popular muestra su preocupación ante un posible desmembramiento del PSOE por una derrota que puede ser histórica, «incluso por debajo de los cien diputados». Aseguran que el PP necesita a «un PSOE fuerte en la oposición» para los grandes consensos que necesitan las reformas estructurales.

Un problema que tocará afrontar a partir del domingo. Rajoy, mientras tanto, sigue imprimiendo a sus mítines la dosis justa de reproches para mantener vivo el trasvase de votos del PSOE al PP que, según los populares, podría superar el millón.

El candidato popular, por si acaso, volvió a insistir en los «riesgos» de un triunfo socialista. Llegó a decir que votar al PSOE es «dejar caer definitivamente a España», en alusión a la posibilidad de que la Unión Europea ordene un rescate como con Irlanda, Portugal o Grecia. De hecho, Rajoy habría intentado tranquilizar a los socios comunitarios mediante contactos con embajadores europeos en España, explicaron miembros de la cúpula popular.

El líder del PP, además, criticó al PSOE por apelar al «voto de los sentimientos». Se preguntó dónde estaban los sentimientos «cuando engañaban a los españoles o cuando cientos de miles de personas perdían su puesto de trabajo». Un interrogante que respondía a la acusación lanzada la víspera por el candidato socialista, quien denunció que Rajoy no tenía sentimientos hacia quienes peor lo pasan en la crisis.

Los populares, por otra parte, han detectado un cambio de estrategia del PSOE para hacer una campaña más radical y achacan la «agresividad» de Alfredo Pérez no a un intento de disputar la victoria a Rajoy, sino de «taponar la fuga de votos» por su izquierda. Pero Rajoy se mantuvo fiel a su discurso y abundó en que el domingo no se dirime una disputa partidista ni ideológica. «Se decide si caemos definitivamente o si vemos la luz al final del túnel».

En ese momento se produjo una leve altercado cuando dos miembros del movimiento 15M, que gritaban «¡no nos representan!», sacaron una pancarta en la que se leía «PP-PSOE corruptos». Rajoy, pasados un par de minutos en los que la plaza se puso a cantar «soy del PP, soy del PP», apostilló que los españoles «no creen» en el Gobierno socialista ni en sus, como no, «insidias». Tampoco cree que tengan temor al cambio. «A lo tienen pavor -dijo- es al inmovilismo y a que no se produzca un cambio político».

Sin Camps

La plaza de toros se llenó para apoyar a Rajoy, pese a que hace sólo cuatro meses, la dirección del PP presionó a Francisco Camps, con el disgusto de los populares valencianos, para que dejara de ser presidente de la Generalitat, tras ser procesado por cohecho en el 'caso de los trajes'. Pues bien, nadie se acordó de Camps.

No mencionaron al ya expresidente ni Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, ni Alfonso Rus, presidente del PP valenciano, ni Esteban González Pons, número uno al Congreso por esa circunscripción, ni, por supuesto, Rajoy. Tan solo su sustituto al frente del Gobierno valenciano, Alberto Fabra, se refirió a él con un lacónico «Paco» en una frase de cortesía en la que también se acordó de Eduardo Zaplana como los exresponsables del partido en esa comunidad.