MAYORÍA SILENCIOSA

La 'mayoría silenciosa' en España no necesariamente es la mayoría. Pero puede serlo. En las elecciones municipales de mayo, casi trece millones nutrieron esa masa difusa de abstencionismo y voto en blanco; cinco millones más que el PP en su aplastante victoria. En las elecciones generales se recorta, pero hay una buena 'mayoría silenciosa'. Pescar ahí, en ese territorio fetiche de los escépticos o los indiferentes e incluso los antisistema, está siempre en la agenda de estrategia electoral desde los años en que el equipo de Nixon diseñaron el plan Silent Majority estado por estado. En España ahora parece difícil. Hay dos buenos impedimentos para pescar ahí, incluso en el escenario propicio del río revuelto de la crisis : el descrédito de la clase política, identificada como tercer problema para los españoles en los barómetros del CIS con un alto descontento; y la polarización desatada tras una legislatura con excesos constantes de sectarismo tanto en las trincheras de la izquierda como de la derecha. Ahora mismo es difícil creer que la clase dirigente pueda seducir a votantes remisos, incluso con los cantos de sirena del 'marketing electoral' de campaña. Probablemente muchos quieren creer que las cosas podrán ser mejores con el próximo Gobierno, entre otras cosas porque difícilmente para ellos pueden ser peores, pero no es fácil que de momento se entusiasmen con ningún vendevotos. El PP, cuya mayoría absoluta ya no es una hipótesis sino solo una quiniela, se ha encontrado con algo de margen para crecer hacia el centro porque el PSOE, en caída libre, trabaja sus flancos más fieles aunque también pierda hacia IU. Pero el PP tiene problemas para ser un catch-all party, uno de esos partidos 'atrapalotodo' con votos de amplio espectro ideológico, por el rechazo al conservadurismo moral (homosexualidad, menores, divorcio rápido.) evidente desde las redes sociales. El PSOE mira ahí, pero hacia el futuro, porque sobre las brasas del zapaterismo todo se quema. De momento la mayoría silenciosa va a seguir siendo una buena mayoría ajena a los grandes partidos. Está por ver si además silenciosa.