POPULISMO DE VIDA ALEGRE
Actualizado: GuardarSu primer mandamiento ha sido no molestar, y a Macbeth le iba bien su manera de dejar que las cosas transcurrieran sin interferencias. Ese ha sido el precepto de Berlusconi, el de no haber diferenciado nunca su vida privada y pública, creyendo que los ciudadanos votaban por la primera.
Su alma es opaca de puro simple. Cuando perdió en el Parlamento la mayoría de gobierno garabateó en su cuaderno de notas: 'ocho traidores'. Resistió hasta el final e incluso renunció a dimitir por una razón obvia: no entendió nada. Si no fue el puterío, ni 'Ruby robacorazones', ni el 'bunga bunga', ni su relación con la Mafia, ni los comunistas, ni los jueces, ni siquiera sus socios de Gobierno y menos la oposición del centro izquierda, ¿quién fue el Afrodito que le clavó el puñal?
Era el hombre más rico de Italia, con el monopolio de televisiones y periódicos. Fueron los mercados los que no se apiadaron de 'Il Cavaliere'. Ni siquiera fue responsable de conducir la deuda pública italiana a los casi dos billones de euros, ni de convertir al país en el deudor más importante del mundo después de EE UU y Japón. Aprovechó para llegar al colapso y la corrupción, se presentó como un empresario que sabía manejar las cosas y solo quería llevar a la cima a 'Italia SA'.
Su Gobierno de 1994 colapsó al cabo de un año, repitió mandato e impuso su genio y figura en 2001 hasta 2006, y se proclamó emperador en 2008 con una victoria aplastante por tercera vez. Toda simpatía se fue por el retrete cuando su 'bocanada de aire fresco' se convirtió en gas tóxico, letal para su país. Fracasó en el negocio de su vida.
«Una de las explicaciones de su pecado de omisión fue su 'política de placer', de gente contenta». Y su magia, no tocar impuestos ni privilegios. «(...)Ese no es un terreno firme para las reformas», advierte 'The Times'. Le importó un carajo la política económica. Uno de sus ministros de Finanzas confesó que cuando se planteaba una discusión de ese pelo se iba a la televisión a ver fútbol. Puro populismo clientelar. Utilizó la ley para premiar a los que le apoyaban (se incluyó en la nómina) y su talonario inagotable.
Creo en la resurrección de los muertos. Veo a Berlusconi emergiendo como cuerpo incorrupto, en cierto modo gracias al bótox, una vez quemados los tecnócratas del 'nuevo testamento'. Se siente humillado por los mercados y siempre vendió cara su piel de víctima. Así que no es desdeñable la opinión de quienes creen que «desde la sombra de sus palacios, y en el tiempo que le quede de atención a sus invitadas, conspirará para su regreso».
El escritor y pintor Carlo Levi compara Italia con una alcachofa, cada capa esconde otra. «Pero esta semana ha pasado un cuchillo por el corazón de la alcachofa». A los vampiros ese hecho les trae al pairo y es una estaca la que habría que clavar en su negro corazón. 'Italia SA' está embarrada y 'The Guardian' recela de que su declive signifique cambio. «Los escritores italianos han comparado al país con una puta. Preciosa y atractiva, pero que se hace vieja y no siente respeto por sí misma».