ESPAÑA

Rubalcaba pide el voto para «asegurar la paz» en el País Vasco

El candidato socialista sostiene en Vitoria que ha tenido que «tragar» mucho para preservar la unidad antiterrorista en esta legislatura

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Alfredo Pérez Rubalcaba se había prometido a sí mismo que no metería el fin de ETA en campaña electoral, pero pasar por el País Vasco y no hacer ni la más mínima mención al asunto habría sido casi una aberración. Y, ya puestos, se dejó querer. «Tengo derecho a preguntar qué es lo mejor para este tiempo que viene, para asentar la paz, reconciliar al país y reconstruirlo sobre la memoria de las víctimas; y lo mejor -defendió el ministro de Presidencia y cabeza de lista de los socialistas por Álava, Ramón Jáuregui- es Alfredo».

La idea de que la derrota de la organización criminal ha sido un éxito de todos los demócratas por igual es difícil de digerir para muchos socialistas. Saben que cometerían un error si intentaran rentabilizarla en beneficio propio y que, probablemente, el intento sería vano en un contexto como el actual en el que la dureza de la crisis económica ha terminado por anegarlo todo. Pero de vez en cuando caen en la tentación de sacarse la espinita.

Incluso el propio Rubalcaba se permitió en Vitoria un desquite, durante su encuentro con un centenar largo de simpatizantes, y reivindicó que los socialistas han tenido que «tragar» mucho en los últimos años para mantener una unidad política que creían prioritaria.

El comentario llevaba implícito un claro reproche al PP que él tan solo dejó caer. Pero el lehendakari, Patxi López, optó por la directa, recordó aquella dura frase pronunciada por Mariano Rajoy en el debate sobre el estado de la nación de 2005 cuando José Luis Rodríguez Zapatero abrió el fallido proceso de diálogo con la organización criminal («usted traiciona los muertos y ha revigorizado a una ETA moribunda») y reprochó que ahora no tenga la «gallardía» de pedir perdón. «Especialmente a Alfredo -dijo-, que fue el blanco de todas sus críticas»

El jefe del Ejecutivo vasco insistió así en la idea lanzada previamente por Jáuregui y defendió que no es lo mismo que gobiernen Rajoy o Rubalcaba y que él necesitará un Gobierno central con el que colaborar a fin de «asentar el nuevo tiempo de libertad». «Un Gobierno que entienda y se comprometa con lo que quiere y necesita la sociedad vasca», subrayó.

En el País Vasco, López cuenta con el apoyo de los populares liderados por Antonio Basagoiti y la sintonía entre los dos partidos mayoritarios en materia antiterrorista ha sido casi completa; algo que le ha valido al líder del PP los recelos del ala dura de su partido.

Modelo exportable

Esas presiones llevaron a Rajoy a comprometerse por escrito en su programa a no hablar de nada con la banda terrorista, una postura de máximos que, hasta el momento, no ha criticado nadie en el PSOE. Lo que dice Rubalcaba, en todo caso, es que una vez pasen las elecciones todos los partidos tendrán que sentarse a decidir qué hacen.

En realidad, el exministro del Interior dio por bueno que podía pedir el voto para, como habían dicho antes Jáuregui y López, «asegurar la paz», pero hizo más hincapié en la necesidad de poner en marcha un modelo económico que permita salir de la crisis sin dejar a nadie en el camino. Un modelo, dijo, como el vasco, que ha resistido mejor a los estragos de la actual coyuntura.

«La paz es una condición necesaria. Con ella se crece mejor se reparte mejor, se crea mejor el empleo pero no es suficiente, hay que ir más allá -alegó-. Euskadi tiene que exportar su modelo al resto de España y nos tiene que seguir apoyando a los socialistas en lo que hemos venido haciendo: hasta hoy, la paz; mañana, crecimiento».

En todo caso, Rubalcaba recibe con gratitud los alegatos con los que sus correligionarios reivindican su papel en la consecución del fin del terrorismo etarra. El pasado sábado no pudo contener la emoción cuando Alfonso Guerra gritó que aunque fuera políticamente incorrecto había que señalarlo como artífice de una noticia que España llevaba medio siglo esperando.

Este miércoles el exvicepresidente primero volvió a la carga y, en un desayuno informativo acusó al PP de cometer una «injusticia histórica tremenda» por no «dejarnos disfrutar» del acontecimiento. Rubalcaba, aun así, pide cautela: «Cuidado con descuidarse».