AL PALO

MIRLOS BLANCOS DE INVIERNO

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Noviembre y marzo marcan el devenir de un equipo de fútbol profesional en las diferentes competiciones ligueras. Llegando con suficiencia al mes de noviembre puedes optar a cotas mayores que a la permanencia, llegando con la soga al cuello en marzo, a poner velas. Esto lo enseñó a su manera, con su gramática parda, el alemán Bernardo Schuster, que puso al Xerez Deportivo en el mapa futbolístico de la excelencia.

Tras la derrota en Valladolid este pasado sábado (más dolió a muchos la imagen que perder tres puntos), Juan Merino comprueba cómo el entorno xerecista (club+afición+directivos+prensa) le siega la hierba bajo los pies.

Lo ha intentado hasta el momento, complaciendo a la afición azulina con un fútbol que busca la posesión del cuero y no la especulación con el crono, ha cambiado de sistema hasta acoplar al equipo pese a la falta de fondo de armario que ha demostrado tener, y ha sabido defender a la plantilla cuando no estaban encendidos los micrófonos. Los malos resultados son una guadaña, y el sábado, si el equipo pierde contra el Numancia, a Juan le enseñarán el camino del cadalso.

Lamentablemente, porque el conjunto azulino ha demostrado ya, y con creces, que puede y sabe hacer un buen fútbol, de esos que, pase lo que pase al final de los 90 minutos de juego, levanta al espectador para aplaudir a su equipo. Pasó ante el Sabadell, donde tal vez se hicieran los mejores minutos de la presente temporada, o ante el Celta de Vigo.

Pero es ley, y no siempre la ley hace justicia. Indudablemente faltó fichar gol en agosto. Habrá que apelar a los mirlos blancos del mercado de invierno, y a hacer de la defensa precisamente una nueva Numancia desde el mismo sábado.