PLURALISMO INÚTIL
Actualizado: GuardarTodo apunta a que el Congreso que salga de las urnas va a ser uno de los más plurales de las últimas legislaturas. Unas 12 o 13 fuerzas políticas obtendrán escaños y una cuarentena de diputados de partidos distintos a PP y PSOE se sentará en el hemiciclo. Una notable diferencia con la última legislatura, en la que solo hubo 29 diputados minoritarios. Esta diversidad de voces, sin embargo, no supondrá más riqueza legislativa porque la mayoría absoluta a la que apuntan los populares barnizará de uniformidad ideológica la producción legal.
Así ha sido en las anteriores ocasiones en que un partido se ha alzado con la mayoría absoluta. Ocurrió entre 1982 y 1986, 1986 y 1989, 1989 y 1993, y 2000 y 2004. La tentación de imponer el rodillo fue más fuerte que las supuestas intenciones pactistas anunciadas a bombo y platillo tanto por Felipe González como por José María Aznar.
«Gobernaré con y para todos» o «buscaré acuerdos parlamentarios», dijeron más o menos ambos al inicio de las legislaturas con mayoría absoluta. Y después, si te he visto no me acuerdo.
Mariano Rajoy tendrá además dos argumentos de peso para no enredarse en la búsqueda de alianzas en el hemiciclo del Congreso, la crisis interna y el contexto internacional de caos financiero.
Son dos circunstancias que aconsejan actuar rápido y con contundencia. No está el horno para distraer esfuerzos e invertir tiempo en trenzar consensos más amplios cuando los problemas acucian.
El espectro ideológico que se sentará en el Congreso tampoco va a jugar a favor de los acuerdos. Habrá una mayoría de fuerzas de izquierda y nacionalistas, aunque no se refleje en escaños, con las que el PP está condenado a enfrentarse. Los potenciales aliados de Rajoy son CiU, si hay reciprocidad en Cataluña; UPyD, con la que tampoco será fácil por su empeño en diferenciarse de unos y otros; el Foro de Francisco Álvarez Cascos, si supera las rencillas fratricidas; y quizás Coalición Canaria, que nunca hace ascos a entenderse con el poder.