MILENIO

DATOS INQUIETANTES

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Se confirmaron ciertas sospechas: el señor Rajoy, registrador de la propiedad, no es un candidato a la presidencia del Gobierno de España. Rajoy es una metáfora, aunque bella y esperanzadora: la luz al final del túnel, señalan algunos de sus admiradores más obsequiosos. Claro, buscarán una buena colocación en el aparato del Estado. Un dato, pues, para el señor Rubalcaba, un socialista intentando sobrevivir en un periodo histórico de transición entre un pasado plano, que ya se antoja lejano, y un futuro tan proceloso como problemático.

Qué buen señor si hubiera vasallos, como afirmó un personaje cervantino. Aunque sobre Rajoy pesa una enorme responsabilidad: si naufragara en las agitadas aguas de estos mares políticos embravecidos, lo más probable sería que personajes como Álvarez Cascos, Esperanza Aguirre, el economista Montoro o el inquieto Arenas Bocanegra, líder pacientísimo del PP andaluz, se le subirían a las barbas, que las tiene, y conspirarían para su demolición como líder político. Estos tiempos no están para cruzarse de brazos. Tal vez recibiera alguna ayuda celestial para salir airoso de la encrucijada. Pero estos tiempos, se insiste son de una enorme crueldad, señor aspirante a la presidencia del Gobierno de España. En caso de dudas que consulte con el señor Zapatero, una injusta víctima de la España más ramplona.

Tenemos, igualmente, un dato bastante inquietante para el (posible) sucesor de Aznar en el complejo de Moncloa: Guerra, Alfonso, está de campaña, aunque la versión de Guerra, en estos tiempos, es más reposada y el prócer izquierdista exhibe más piedad ante sus adversarios más señalados.

Y otro inconveniente para el señor Rajoy: en estos tiempos, se hace más política fuera de la patria propia que en los viejos tiempos de las frentes marchitas. Se tendría, pues, que familiarizar a toda velocidad con una política que se hace y se ejecuta en el exterior. ¿Cuántos idiomas domina el señor Registrador? ¿Sería la interprete doña Soraya, a punto de ser madre, o un Arenas, volviendo, al antiguo demócrata-cristiano que fue antes de la Unión Europea y del propio Papandreu? Dónde se ponga una hamaca en el estío que se quite todo lo demás (Peridis dixit).