Draghi sorprende con una rebaja de tipos en su estreno al frente al BCE
La amenaza de una «recesión moderada» lleva a la institución monetaria a colocar el precio del dinero en el 1,25%
BERLÍN. Actualizado: GuardarLos expertos lo daban por seguro, pero no tan pronto. En medio de la peor crisis en la breve historia de la eurozona y del caos político que originó la convocatoria de un referéndum en Grecia, el nuevo presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi debutó ayer con la decisión, adoptada por unanimidad por el Consejo de Gobierno de la entidad, de rebajar el precio del dinero en la zona euro en un cuarto de punto, para dejarlo en el 1,25%. Draghi justificó la medida, que sorprendió a los mercados, en el riesgo de que la eurozona pueda sufrir una «recesión moderada» en la recta final del año.
«Las tensiones actuales de los mercados financieros pueden dañar el crecimiento económico en la segunda mitad del ejercicio», dijo Draghi al iniciar su primera rueda de prensa como responsable de la institución monetaria. El panorama económico está sujeto a una incertidumbre alta y a una serie de riesgos, «algunos de los cuales se han materializado empeorando las previsiones de crecimiento», añadió.
La crucial decisión adoptada por el Banco, en un momento en que las estadísticas aconsejaban prudencia a causa del alto índice de inflación que mantiene la eurozona, pueden definir el mandato del italiano, que podría elegir el pragmatismo y dejar de lado la ortodoxia, a la hora de hacer frente al fantasma de la recesión que amenaza a la eurozona. Aun no está claro si Draghi -a quien los analistas atribuyen una formación y un carácter más anglosajón que mediterráneo- dará un giro radical a la cultura monetaria del BCE, pero el mensaje enviado ahora desde Francfort sugiere que podría estar decidido a dar más importancia al desarrollo de la economía que al rigor de la política monetaria.
Lo que parece claro, a la vista de su proceder, es que, frente a la estrategia de su antecesor Trichet, partidario de lanzar pistas anticipadas a los mercados sobre su forma de proceder, el nuevo dirigente no dudará en sorprenderles si lo considera necesario. «Lo que estamos observando ahora es un crecimiento lento en dirección a una recesión moderada finales de año», insistió Draghi para justificar la rebaja de tipos. «Es muy probable una revisión significativa a la baja de las proyecciones de crecimiento del PIB real del 2012», añadió, en referencia a las estimaciones que la institución hará públicas en diciembre.
Caos político
El estreno del nuevo mandatario estuvo marcado no solo por el parón económico, sino por el caos político originado por la posibilidad de un referéndum en Grecia. Pese a las tensiones del momento, Draghi logró sortear su primera comparecencia ante la prensa con soltura e incluso con humor. Con respecto a la crisis griega, admitió que el BCE sigue muy de cerca muy de cerca el desarrollo de los acontecimientos en el país heleno, y advirtió que la institución no contemplaba la salida de Grecia de la euro zona. «00Esa posibilidad ni figura en los Tratados. No nos podemos imaginar ninguna situación que no contemplen los Tratados», dijo.
El nuevo presidente de la institución monetaria evitó referirse al riesgo de contagio que pueda provocar la crisis griega en otros países. Con respecto a la situación que vive Grecia, Draghi reconoció que le resultaba «difícil hacer comentarios sobre los acontecimientos políticos», y precisó que si el programa de rescate aprobado la semana pasada en Bruselas se aplicaba, se podía vislumbrar una luz al final del túnel. «Todos los gobiernos de la eurozona deben estar preparados para adoptar cualquier medida adicional que sea necesaria», añadió.
No fue el único mensaje que envió a los líderes de los 17 países que integran la euro zona. Según Draghi, los gobiernos no deben confiar en el auxilio ajeno para atenuar la presión de los mercados sobre su deuda. Por eso, aunque informó que el BCE va a mantener de forma temporal el controvertido programa de compra de bonos que se creó en apoyo de Grecia, y que en los últimos tiempos ayuda a Italia y España a hacer frente a los especuladores, añadió que este auxilio no es la panacea.