Murillo, una vez más
MADRID. Actualizado: GuardarDe nuevo Ángela María Murillo Bordallo, en estado puro y a pesar de las serias advertencias de sus superiores por su incontinencia verbal en los juicios contra ETA. La juez pacense volvió a montarla con uno de sus comentarios poco ortodoxos dirigido a los acusados. Una de esas frases que le están convirtiendo en la magistrada más mediática de la Audiencia Nacional, incluido club de fans en Facebook. Pero también uno de esos exabruptos que provocan que el Supremo eche para atrás los juicios que preside por subjetividad manifiesta, como ocurrió en el proceso contra Arnaldo Otegi por un homenaje a un etarra.
En aquel juicio Murillo instó a Otegi a decir si condenaba «rotundamente» la violencia de ETA. Cuando el exlíder de Batasuna le dijo que no iba a responder a esa pregunta, ella respondió un sonoro: «Ya sabía yo que no iba a responder». Los rifirrafes en aquella vista fueron continuos. De aquel juicio son las famosas frases de «¡a mí como si bebe vino!» (cuando la abogada de Otegi pidió agua para su defendido) o las de «¡la Sala no ha entendido ni papa!» y « vamos a traducir esto y luego veremos lo que hacemos» (a cuenta de los problemas con la traducción del euskera al castellano).
Y más. El pasado junio, durante el proceso de 'Bateragune', la juez espetó a la procesada Miriam Zabaleta si «un tiro en la nuca a seres inocentes es violencia política».