Economia

Sarkozy y Merkel amenazan a Papandreu con forzar la quiebra de Grecia

Zapatero adelanta su viaje a Cannes para participar en una minicumbre en la que la UE decidirá hoy si suspende las ayudas de 8.000 euros al país heleno

CANNES. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nicolas Sarkozy y Angela Merkel trataron ayer a la desesperada de desactivar la bomba de relojería lanzada por Yorgos Papandreu a la zona euro con la convocatoria unilateral de un referéndum sobre el plan de salvamento de Grecia. En vísperas de la apertura oficial de la cumbre del G-20, los mandatarios francés y alemán presionaron en Cannes a su colega heleno con la amenaza de bloquear una entrega apalabrada de 8.000 millones de euros, lo que conduciría a su país a la quiebra y a la salida de hecho del euro.

El presidente francés adelantó su desplazamiento a la Costa Azul para presidir con Angela Merkel una mini-cumbre de crisis, organizada la víspera de improviso, que comenzó pasadas las seis de la tarde. En la reunión también participaron los responsables del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso; del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker; y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

El cónclave finalizó poco antes de las ocho en un clima tenso. «Hace una semana tomamos decisiones entre 17 y no aceptaremos que alguien se disocie de la decisión de los 17», proclamó con tono severo Juncker a la salida. Lagarde también incidió en la necesidad imperiosa de aplicar el plan de salvamento puesto a punto la semana pasada. «Lo que cuenta es la firmeza y la determinación de los socios europeos para poner en marcha los acuerdos del 27 de octubre y para superar los obstáculos que habrá inevitablemente», declaró la directora general del FMI.

Según transcendió, París y Berlín desean que Atenas avance a noviembre la fecha del referendum, inicialmente previsto en enero. Las dos potencias de la zona euro esgrimen como instrumento de presión la cancelación de los 8.000 millones de euros de la ayuda ya aprobada por la UE y el FMI. La partida corresponde a la sexta entrega del primer plan de rescate, acordada en mayo de 2010. Su concesión está condicionada a la adopción de nuevas medidas de austeridad en el marco del nuevo dispositivo por importe de 130.000 millones decidido en Bruselas, según esgrimen los donantes. En principio debe ser abonada en noviembre y su cancelación condenaría a Grecia a la suspensión de pagos, algo que debería ocurrir en diciembre según fuentes gubernamentales galas.

El bloqueo del sexto tramo de la ayuda internacional es la baza franco-alemana para forzar la aceleración del calendario griego. La amenaza de no soltar ni un solo céntimo a los desleales gobernantes helenos también busca influir sobre la pregunta que será sometida al plebiscito. La presidencia francesa pretende que sea del estilo «¿Quiere usted salir de la zona euro?» y no sobre el plan de rescate, consciente de que los sondeos indican que la mayoría de la población griega no desea regresar al dracma.

José Luis Rodríguez Zapatero también anticipó el viaje a Cannes con el objetivo de participar hoy en una reunión de los socios del eurogrupo que forman parte del G-20. El presidente español y su homólogo italiano, Silvio Berlusconi, recibirán en la cita, prevista a las diez y media de la mañana, información por parte de Sarkozy y Merkel del resultado de los conciliábulos mantenidos hasta entrada la noche con el primer ministro griego, Yorgos Papandreu.

Según fuentes diplomáticas, la eurocumbre restringida, en la que también participarán las instituciones europeas, servirá para consensuar las explicaciones del cuarteto a los demás socios de la moneda única sobre la degradación de la crisis. En círculos bruselenses se pone a Zapatero como ejemplo de lo que habría debido hacer Papandreu por su valentía para convocar elecciones anticipadas y tomar medidas difíciles para sacar a España del atolladero.

Desbordado por el torbellino de la crisis griega, Nicolas Sarkozy trata de salvar su presidencia del G-20. La cita de hoy y mañana en Cannes debía ser un hito decisorio de la comunidad internacional frente a la amenaza de gran depresión global. Pero Francia ve tambalearse un edificio construido sobre seis pilares fundamentales: relanzar el crecimiento, reformar el sistema monetario internacional, luchar contra la volatilidad agroalimentaria, regular los mercados financieros, financiar la ayuda al desarrollo y reformar la gobernanza mundial. No parece fácil que haya ocasión para ocuparse de todo ello, y alcanzar unos difíciles consensos.