ESPAÑA

114 etarras aún continúan huidos

Otras 240 personas escaparon y siguen en el extranjero, pero nunca fueron reclamadas por los tribunales Son miembros de ETA que tienen órdenes de captura, aunque algunas causas podrían haber prescrito

MADRID. Actualizado: Guardar
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114 etarras huidos por Europa, América y África. Esa es la cifra a la que han llegado las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia. Son miembros de ETA huidos contra los que existe una orden de búsqueda y captura en vigor, aunque en algunos casos, y a pesar de que la requisitoria tenga validez, sus causas podrían haber prescrito ya que la Audiencia Nacional no informa con periodicidad a la Policía, Guardia Civil o CNI de los sumarios que 'caducan'.

La colonia de personas en el extranjero vinculada a la banda terrorista es, no obstante, mucho más extensa. Según las estimaciones del Ministerio del Interior a este centenar largo de etarras huidos hay que sumar otras 240 personas. En su mayoría son colaboradores o simpatizantes de ETA que escaparon al extranjero por temor a ser detenidos o por la sospecha de que seguían sus pasos, pero que nunca fueron reclamados por la Justicia porque no se formularon acusaciones contra ellos o porque las fuerzas de seguridad, al no poder interrogarles, jamás pudieron probar ante la Audiencia Nacional que estuvieran relacionados con ETA.

Los datos que manejan tanto los servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil como el Centro Nacional de Inteligencia coinciden en que Venezuela alberga al mayor número de miembros de ETA con causas pendientes. Los espías y agentes españoles tienen constatada la presencia en el país caribeño de, al menos, 33 etarras huidos y en búsqueda y captura. Un número que puede que sea mayor porque en los dos últimos años se ha registrado una llegada constante de terroristas empujados por el arrinconamiento de la organización.

La colonia de Venezuela está compuesta por dos tipos de perfiles. El primero es el de los etarras que llegaron a finales de los ochenta y cuyo rostro más conocido es Arturo Cubillas, el supuesto enlace entre ETA y las FARC. En este colectivo es muy alta la proporción de causas prescritas y su extradición se antoja imposible, ya que la mayoría tiene nacionalidad venezolana y el régimen de Hugo Chávez se niega a la entrega de sus nacionales.

El segundo grupo lo componen terroristas más peligrosos recién desembarcados en ese país para manejar desde allí el final de ETA, todos ellos encuadrados en el 'Biltzar Ttipia', comité ejecutivo de la banda. De acuerdo con las informaciones en poder del Gobierno han llegado para quedarse, entre otros, Antonio Troitiño, huido tras su polémica excarcelación el pasado abril; Tomás Elgorriaga, jefe de tecnología de la banda; Juan Cruz Maiztegi, 'Pastor', uno de los cabecillas del aparato político; o José Luis Eciolaza, 'Dienteputo', uno de los dirigentes del aparato militar más destacado.

Francia alberga la segunda colonia más numerosa aunque en continuo descenso por la presión policial. Los servicios de información, sin conocer su ubicación exacta, sitúan todavía a 25 'liberados' en suelo galo, entre ellos el trío que dirige ETA: David Pla, Izaskun Lesaka e Iratxe Sorzabal. En Francia la mayoría tiene causas pendientes y son jóvenes de menos de 35 años, proceden de las últimas hornadas de ETA. Entre ellos hay numerosos huidos de la 'kale borroka' que se integraron en la organización para evitar cumplir condena en España.

Más allá de los tres jefes que leyeron el comunicado del cese definitivo de la violencia el 20 de octubre, el perfil de los huidos en Francia es diferente al de los refugiados en Venezuela. Casi todos, a diferencia de lo que ocurre en el país latinoamericano, viven en la más absoluta clandestinidad, con una situación económica penosa y siempre a la espera de poder escapar a Sudamérica.

Situación crítica

En Cuba, la situación también es crítica. El CNI tiene localizados en la isla a ocho miembros de ETA con reclamaciones judiciales. El férreo control a los que los somete el régimen de Fidel Castro, incluido el confinamiento, ha provocado el enfado de ETA y que la presencia de refugiados haya disminuido en la última década. Muestra de ese malestar fue el rocambolesco intento de fuga desde Cuba a Venezuela de los tres 'etarras' balseros arrestados y repatriados a la isla el pasado septiembre.

El resto de los huidos con causas se reparten entre México, Cabo Verde, Argentina, Portugal o Suiza. En algún punto de este último país las fuerzas de seguridad sitúan al dirigente José Antonio Urrutikoetxea, 'Josu Ternera', y a su hijo Egoitz.

A pesar de que los servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil tienen una radiografía bastante aproximada de los terroristas repartidos por el mundo, la foto dista de ser completa. Hay, al menos, 27 integrantes de ETA de los que el Ministerio del Interior no tiene ninguna pista sobre su paradero, aunque en muchos casos cree que puedan estar en Sudamérica. Sin duda el más conocido de ellos es Iñaki de Juana Chaos, del que no ha habido ni una pista fiable desde que huyera de Belfast en abril de 2010 para evitar su extradición a España.

Hasta ahí los buscados por las fuerzas de seguridad, pero el grupo que la izquierda abertzale y la propia ETA denomina 'exiliados' o 'refugiados' incluye hasta 240 personas más. Solo en Francia el número de estos huidos que no son buscados por la justicia podría elevarse hasta 140. En su mayoría no viven en la clandestinidad, pero evitan volver a España ante el temor de que podrían ser detenidos. En esta categoría de 'fugados por voluntad propia' también hay una veterana colonia de casi cuatro decenas de personas en México, que desarrolla una vida absolutamente normal.

A este grupo de autoexiliados estuvo dirigida la iniciativa del Gobierno de José María Aznar, cuando en abril de 1999, en plena tregua de ETA, puso en marcha con escaso éxito un programa para informar a través de las embajadas y consulados a los miembros de este colectivo sobre sus causas judiciales pendientes y la posibilidad que tenían de regresar a España.