Mario Draghi se estrena en el peor momento para el euro
BERLÍN. Actualizado: GuardarEran tiempos más pacíficos. Cuando Jean-Claude Trichet, desde ayer expresidente del BCE, asumió su cargo tuvo cuatro años de relativa paz para acomodarse en su oficina ubicada del piso 35 de la Euro-torre. El primer día de trabajo de Mario Draghi como nuevo presidente del BCE, en cambio, estuvo marcado por una furiosa tormenta de origen griego que augura nuevos problemas para la institución y para los gobiernos de los 17 países que utilizan el euro.
Pocas horas antes de que Draghi ocupara el sillón de su antecesor, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu anunció el deseo de convocar un referéndum sobre las nuevas medidas acordadas en Bruselas la semana pasada. Una medida que obligará al BCE y a su nuevo presidente a definir otra estrategia, esta vez destinada a impedir la desaparición de la divisa comunitaria.
El BCE guardó silencio sobre el anuncio de Papandreu, pero fue un silencio marcado por la incertidumbre. El fantasma del referéndum y el terremoto en las bolsas a causa obligó a Draghi a tomar una decisión que sigue siendo polémica. El lunes y ayer, el BCE tuvo que comprar deuda española e italiana en los mercados secundarios para aplacar la tormenta que desencadenó Atenas.