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La incineración gana adeptos entre los gaditanos
El porcentaje de familiares que eligen esta sepultura supera ya el 60% en núcleos urbanos como Cádiz o Jerez
Actualizado: Guardar«Yo, cuando me muera, quiero que me quemen». Seguro que han escuchado alguna vez esta frase. Y es que, aunque muchos lo niegan, todo el mundo piensa en la muerte. Hasta el día de hoy evitar que ese momento llegue es completamente imposible, por lo que, cuando les llega su hora, muchos gaditanos (o sus familiares), tienen claro lo que hacer.
La incineración gana adeptos en Cádiz. Además de ser más higiénica, menos engorrosa y más rápida, también parece de momento algo más económica que el entierro tradicional, aunque el incremento de la demanda está haciendo que los costes se igualen en la mayoría de tanatorios de la provincia.
Quemar los restos de un ser querido, y llevarse lo que queda de éste en una pequeña urna biodegradable ronda, como mínimo, los 3.000 euros, aunque el pago medio final suele ser mucho más alto, en parte por culpa de los complementos y trámites funerarios.
En la provincia de Cádiz, sobre todo en ciudades y núcleos urbanos como la capital, Jerez o El Puerto de Santa María, las cremaciones ganan terreno a cada día que pasa a los enterramientos tradicionales en nichos. Por motivos tan dispares como la comodidad, la lejanía con los camposantos (como es el caso de la Cádiz capital), o simplemente la moda de llevarse las cenizas y esparcirlas donde el muerto siempre dijo que querría reposar para la eternidad, están haciendo que el porcentaje de incineraciones ronde el 60% de media.
Desde Mémora Servicios Funerarios se es tajante. «Las cremaciones son el futuro. Mucha gente prefiere incinerar a sus familiares y luego esparcir las cenizas en el mar. Así se ahorran tener que renovar el contrato del nicho cada cinco años», explican.
Este tipo de tratamientos a los fallecidos es posible porque las empresas especializadas disponen de urnas ecológicas, que tanto si son depositadas bajo tierra o como tiradas al mar, no contaminan. Eso sí, ese porcentaje tan elevado de incineraciones se rebaja de manera sustancial si se analizan los datos de otros municipios. Es el caso de las poblaciones de la sierra o La Janda. Así lo explica Francisco José Cózar, del Grupo ASV en Cádiz, que asegura que las cremaciones disminuyen hasta situarse en apenas el 5% ó el 6% del total de fallecimientos en Medina Sidonia, Alcalá, Paterna o Benalup.
Asimismo, el perfil del 'usuario' también influye mucho a la hora de conocer qué tipo de despedida se le realizará al cadáver. Las incineraciones son preferidas por un segmento de población más joven, mientras que las personas más mayores siguen optando por el tradicional enterramiento.
Prueba del auge que tienen en la Bahía gaditana las cremaciones, es que el Cementerio Mancomunado de Chiclana ha puesto en funcionamiento incluso un jardín, denominado Jardín de San José, destinado al esparcimiento de las cenizas por parte de los familiares que así lo deseen. La zona cuenta incluso con un muro para colocar una placa cerámica conmemorativa con el nombre del finado y un mensaje de despedida.
Tanto en este camposanto como en otras instalaciones de este tipo de San Fernando o Conil existen hornos específicos para realizar las cremaciones. En la provincia la mayoría de cementerios y tanatorios las incorporan. Además, y aunque hace unos años la diferencia de precio entre incinerar o realizar una sepultura eran abismales, hoy día los precios son prácticamente iguales. «El cliente paga lo que contrata. Se ofrecen servicios de féretro, coronas, esquelas, etcétera, casi a la carta», explican desde el sector.
Eso sí, la crisis también se deja sentir en el negocio de los muertos, y muchas familias tratan por todos los medios «de reducir el coste final lo máximo posible» para que los gastos del entierro de su ser querido sean asumibles.
En el colmo del avance en este sector, el Grupo ASV Servicios Funerarios ofrece la posibilidad de presenciar online el proceso de cremación completo a tiempo real, a través de videoconferencia. Ni la muerte se libra ya de la revolución tecnológica.