Messi y Neymar
Actualizado: GuardarTodavía no ha llegado a la Liga y ya son varios los amagos de debate comparativo entre Messi y Neymar que se han intentado establecer. Digo amagos porque ese debate a día de hoy es totalmente insostenible. Está muy bien eso de que Messi meta tres goles el sábado por la tarde y horas después el brasileño haga cuatro para que algunos vendan el muñeco, pero no estaría de más que, por alguna vez, y sin que sirva de precedente, no insultaran la inteligencia del espectador, lector u oyente de turno que ha tenido la ocasión de ver un poco de fútbol.
Aceptamos que en este deporte casi siempre se acepta el pulpo como animal de compañía, todo el mundo entiende y pocos saben de él, y, por desgracia, los que más saben son los que más daño le hacen, ya que lejos de buscar su desarrollo y beneficio desde la base lo que intentan es sacar tajada de uno de los mayores negocios que existen hoy en día en este mundo. Los gestos, los detalles, las anécdotas sobresalen por encima de la estructura, el esfuerzo, la inteligencia, el tesón. Pero comparar la cresta y las bicicletas de Neymar con la sensación que desprende Messi cada vez que salta al césped, toca la pelota, tira paredes, se desmarca, acelera, presiona la salida de balón de los rivales y marca goles roza lo irreverente.
Messi es un genio del fútbol en el más profundo sentido de una palabra que destaca a quien es capaz de encontrar solución a problemas donde antes todos habían fracasado. Neymar no pasa, hasta el momento, de ser un proyecto de futbolista interesante que en Brasil lo han encumbrado a icono en una época en la que la 'torcida' necesita encontrar un referente que les devuelva la ilusión tras ahogarse en el éxito durante décadas.
Tres son los hitos que le faltan a Messi para que nadie más ponga en duda su cetro en la historia del fútbol (Mundial, 'Balón de Oro' y 'Bota de Oro' mundialistas) y cuatro los pasos del último bailecito de Neymar que recientemente imitaron Cristiano Ronaldo y Marcelo. La anécdota, los goles.