Don Juan Carlos y Rodríguez Zapatero brindan tras la inauguración de la Cumbre Iberoamericana. :: DIEGO BENÍTEZ / EFE
ESPAÑA

Zapatero culpa de la cifra del paro al agravamiento de la crisis del euro

El presidente del Gobierno descarta que la causa esté en España aunque admite que él se siente «el primer responsable»

ASUNCIÓN. Actualizado: Guardar
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El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, no niega que el último dato sobre el paro en España sea «muy malo» pero lo achacó ayer a la crisis de las deudas soberanas europeas y no a factores internos. A su juicio, cabe confiar en que los acuerdos alcanzados en Bruselas el pasado miércoles y los que se puedan lograr en la reunión del G-20, prevista para el 3 y 4 de noviembre, permitan superar la situación.

El jefe del Ejecutivo, que ofreció una rueda de prensa en Asunción, tras participar en la XXI Cumbre Iberoamericana, aseguró que siente una «profunda preocupación» por los resultados que refleja la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre del año, según la cual el número total de desempleados roza ya los cinco millones.

Una vez más, aseguró que se siente el «principal responsable» de la dramática cifra. «Soy muy consciente de la zozobra, de la inquietud, de la preocupación, cuando no de la angustia que puede tener número muy elevado de personas ante las expectativas de empleo», dijo. Sin embargo, insistió en que hay que mirar, sobre todo, a la crisis, que «ha tenido un efecto extraordinariamente negativo», para encontrar su causa última.

Zapatero afirmó así que el crecimiento del desempleo (145.000 parados más que en el trimestre anterio) se debe en buena medida a la agudización de la crisis en la zona euro en el mes de julio, cuando se detuvo «de manera radical» el «crecimiento lento» que hasta entonces experimentaba el país.

En el verano se registró, efectivamente, una «vuelta atrás» de la «lenta recuperación que vivía España, pero según el presidente del Gobierno, el problema no vino de España sino de fuera, fundamentalemente, de la persistencia de las dudas sobre la situación de Grecia.

Por eso alegó que cabe esperar que lo acordado en Bruselas, la ampliación del fondo de estabilidad financiera a un billón de euros y el acuerdo para la recapitalización del sistema financiero, despeje las inquietudes que aún despiertan el país heleno y el efecto contagio sobre otros países de la zona euro, fundamentalmente, Italia y España.

De ser así, dijo, se podrá restaurar la confianza necesaria para que al Estado, a las empresas y a los ciudadanos les cueste menos financiarse. «No habrá recuperación del crecimiento y del empleo si no logramos la estabilidad en la zona euro, en los mercados y en la deuda soberana, y eso va a depender también de la reunión del G-20», en Cannes (Francia).

Estímulo fiscal

El jefe del Ejecutivo defendió que, en tanto la situación no mejore, los esfuerzos del Gobierno irán dirigidos a mantener altos los niveles de protección a fin de mantener al máximo la cohesión social. Pero eso será de puertas adentro. Porque también volvió a reclamar a las economías más potentes que pongan en marcha planes de estímulo fiscal para que la economía mundial recupere un ritmo de crecimiento suficiente como para crear empleo.

Economías como la española, recordó, tienen que coherentes con la reducción del déficit y la consolidación fiscal, objetivo que es «absolutamente imprescindible». Pero quienes ya han alcanzado una situación de estabilidad presupuestaria deben, a su juicio, lanzarse al gasto productivo.

Zapatero, que fue interrogado sobre el papel que puede jugar Estados Unidos para resolver la crisis de la zona euro, advirtió de que son los países que comparten esta moneda los que tiene que actuar, aunque subrayó la necesidad de que países emergentes y algunos desarrollados hagan por su parte un esfuerzo para generar más consumo, inversión y estímulos fiscales.

De ahí, repitió, la importancia del G-20 de la próxima semana. Según él, si este grupo de países fue capaz de salvar al sistema financiero de una gran depresión, ahora tiene que estar también a la altura.