
Rajoy promete que tratará de «devolver la felicidad» a España tras las elecciones
El candidato del PP sostiene que «no estamos condenados» sin remedio a «un paro dramático» para cinco millones de personas
LA CORUÑA. Actualizado: GuardarEs lo que tienen los mítines, que cuando el orador escucha a los espontáneos de la concurrencia y responde a sus requerimientos se pueden contraer compromisos de difícil materialización. Mariano Rajoy pasó ayer por esa experiencia cuando una asistente a un acto del PP en La Coruña le reclamó que devolviera la felicidad a la sociedad española y el candidato, ni corto ni perezoso, contestó que tratará de «devolver la felicidad» a España después de las elecciones del 20 de noviembre.
Fue un mitin atípico. Para empezar era de pago, 17 euros, ya que incluía una comida. El precio no arredró a los simpatizantes del PP, que en cifra cercana a los 5.000 abarrotaron el recinto de ExpoCoruña. Rajoy, además, tuvo que escuchar a la entrada las quejas de mariscadores de la ría de Ferrol que exigían a la Xunta de Galicia el pago de trabajos realizados. Uno incluso llegó a agarrarle del brazo sin más consecuencias. Dentro del pabellón todo era fervor popular. Quizá por ello Rajoy se contagió y prometió algo tan intangible como devolver la felicidad a la sociedad.
Ya en un terreno más prosaico el candidato del PP siguió imbuido por el espíritu optimista y garantizó que España «no está condenada» a tener tasas de paro como las que tiene ahora, por encima del 20% de la población activa. Esa situación, arengó a los suyos, «se puede superar» y el PP, rememoró, ha demostrado que sabe hacerlo. Recordó que en 1996, cuando los populares gobernaron por primera vez, la tasa de paro estaba en el 22% y al final del mandato en 2004 estaba en el 10%.
«Prometo un plan»
Dentro del espíritu festivo de la comida-mitin, Rajoy, que se declaró «bien preparado y pertrechado» para gobernar», se puso solemne por unos momentos y dijo: «Prometo y ofrezco a los españoles un plan económico». Pero no desgranó ni una sola medida de ese plan. Es posible que el silencio obedezca a que el PP aguarda a aprobar su programa electoral, algo que está previsto que haga mañana en una reunión del comité ejecutivo del partido en Santiago de Compostela. El candidato, no obstante, adelantó que su propuesta será una y clara, no como los «41 planes de políticas económicas» que ha presentado en esta legislatura el Gobierno «saltimbanqui» de José Luis Rodríguez Zapatero.
Con la mirada puesta en el día después de las elecciones, el líder de la oposición señaló que España necesitará un gobierno «muy fuerte» que sepa «tomar decisiones» con los objetivos claros de salir de la crisis, crear empleo y mejorar las condiciones sociales. Las características de ese gobierno que piensa presidir es que será «valiente y prudente», pero como era de prever no dio ni un solo nombre de los que maneja para su gabinete.
Pero para llegar a ese momento, subrayó el candidato del PP, los ciudadanos tienen que decidir «si se sigue por la misma senda» trazada por los socialistas o «se genera un revulsivo» para salir adelante. Rajoy, no obstante, se apresuró a aclarar que la salida de la crisis no va ser un camino de rosas. «No va a ser fácil», avisó, y requerirá «austeridad».
El líder de la oposición contrapuso además los lemas electorales de su partido y el del PSOE. El de los socialistas, subrayó, es «pelea», mientras que el del PP es «súmate», una diferencia que, a su juicio, no es menor. España, afirmó, necesita «unidad» y para unir hay que sumar, mientras que lo que propone es la «división» que sigue siempre al combate y a la disputa.
Para justificar la ausencia de propuestas en los actos electorales de su partido, Rajoy sostuvo que en esta campaña electoral «no hay ninguna disputa ideológica» porque, vino a decir, no se trata de ideas sino de gestionar para ver si «vamos a seguir igual» que con los socialistas o vamos a estar a «la altura de los mejores», que es su propuesta.
«Yo no quiero estar en Europa en el pelotón de los torpes, quiero que España esté donde le corresponde, con los mejores», remató el candidato del PP a la presidencia del Gobierno, y volvió a su mesa para almorzar.