El equipo de Rubalcaba defiende su liderazgo en el PSOE «pase lo que pase»
El candidato del PSOE achaca el paro a la «austeridad en exceso» y reprocha a Rajoy que no llame a Merkel para defender a España
MADRID. Actualizado: Guardar«Alfredo Pérez Rubalcaba saldrá favorecido internamente pase lo que pase», afirmó ayer la directora de campaña del PSOE, Elena Valenciano. El candidato socialista evita siempre pronunciarse sobre lo que hará tras las elecciones del 20 de noviembre, pero en su partido se ha extendido la convicción de que si el resultado de los comicios es tan calamitoso como auguran las encuestas se abrirá una dura batalla interna con la que su continuidad quedará descartada.
La responsable de la estrategia electoral defendió, en cambio, que el exministro del Interior se ha puesto al frente del partido en una situación «difícil» y subrayó que el proyecto con el que se presenta a las elecciones «es para cuatro años», una afirmación que él mismo repetía con cierta insistencia hace unos meses, cuando los suyos aún tenían cierta esperanza en la remontada.
Ahora el escenario es distinto, aunque Valenciano sostuvo que el PSOE maneja datos que permiten pensar que las cosas les irán «muchísimo mejor» de lo que auguran la mayor parte de las encuestas publicadas en prensa. La ventaja del PP rondaría entre los 12 y los 15 puntos, según los sondeos.
Rubalcaba se ha sometido, desde que fue proclamado candidato el 9 de julio, a un severísimo régimen de actividad, con actos de partido, reuniones con distintos colectivos y, sobre todo, visitas a todos los rincones de España. No tuvo vacaciones y no tiene fines de semana, pero hasta ahora tanto esfuerzo no ha tenido apenas impacto en la intención de voto.
El comité electoral del PSOE se aferra aun así al movimiento detectado en las últimas dos semanas en la bolsa de indecisos. De un 41%, dicen, ha descendido hasta un 35%, unos 700.000 votos. No se sabe cuántos han ido a parar a Rubalcaba pero dado que el grueso de los que aún no tienen claro qué hacer, alrededor de tres cuartas partes, son antiguos votantes socialistas, hay una mínima brecha a la esperanza. O eso creen los socialistas.
La cifra maldita, que ya sobrevuela como pájaro de mal agüero las cabezas de los debilitados dirigentes del partido, es 120 escaños; un pronóstico nada descartable que acercaría al PSOE al peor resultado de su historia. Son muchos los que admiten que semejante escenario obligaría a la convocatoria inmediata del Congreso Federal, quizá el mismo 20 de noviembre.
Valenciano argumentó, sin embargo, que la posibilidad de que ocurra algo así es muy remota. «Lo dudo muchísimo», remarcó en Radio Nacional el mismo día en que España amaneció con la noticia de un nuevo repunte del paro, que eleva la cifra de desempleados a 4.978.300 según la Encuesta de Población Activa.
Contra la absoluta
Todos los huevos están puestos ahora en la misma cesta. Se trata de generar inquietud entre los antiguos simpatizantes reticentes ante la posibilidad cierta de que el PP logre una contundente mayoría absoluta. Y eso pasa por utilizar el discurso del miedo a la derecha y a los recortes del estado del bienestar.
A esa tarea se sumó ayer, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de Trabajo, Valeriano Gómez. Tras admitir que el dato del paro es «malo sin ningún tipo de ambages», replicó contundente a las críticas del PP: «Quien debería pedir disculpas es quien plantea reducir drásticamente el coste del despido». El adverbio tiene su importancia porque ya la reforma laboral aprobada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero abarató ese trámite para las empresas.
Rubalcaba, también admitió que la cifra de la EPA es mala «sin paliativos», pero la vinculó con la «austeridad en exceso» impuesta desde Alemania, país que, a su juicio, debería intentar compensar con medidas de estímulo al crecimiento. Además, reprochó a Rajoy que nunca haya llamado a Angela Merkel o Nicolas Sarkozy para defender España y ahora critique los últimos acuerdos alcanzados en la cumbre de la UE; en particular el que exigirá a la banca un sobreesfuerzo de recapitalización.