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'Cisma' anglicano frente a los 'indignados'
La acampada ante la catedral londinense de St. Paul, que abre hoy, se cobra la dimisión de su rector contrario al desalojo
LONDRES. Actualizado: GuardarEl movimiento anticapitalista de Londres se ha cobrado la primera víctima con la dimisión del alto eclesiástico que permitió montar el primer campamento de tiendas junto a la catedral de St. Paul. Giles Fraser, rector canónigo de la histórica institución, renunció ayer a su cargo por discrepancias con sus superiores sobre la línea de actuación contra los 'indignados' de la protesta Ocupar la Bolsa de Londres (OLSX, en inglés). «En la Iglesia anglicana se ha producido un cisma entre los miembros del 'establishment' y los que desean restituir la misión del Evangelio. Cristo estaría hoy entre las tiendas de campaña», sugiere Bryn Phillips, uno de los portavoces de la protesta.
La ciudad de tela se levantó el pasado día 15 en terreno eclesiástico cuando la Policía acordonó una plazoleta colindante donde está la sede de la Bolsa, objetivo original de los 'indignados'. Con la autorización de Fraser, que se opone al desalojo forzoso de los manifestantes, el campamento creció desordenadamente, y hoy unas 200 tiendas rodean la entrada y un lateral de la catedral. El viernes pasado, St. Paul cerró sus puertas al público, alegando riesgos de seguridad y salubridad. Popular centro de atracción turística, la polémica decisión cuesta a la Iglesia en torno a 22.000 euros por día que pasa sin visitantes dentro del recinto.
«La catedral es hoy más relevante que nunca. Ha recuperado su función como refugio», afirma Frances Sutherland mientras hace cola para donar dinero a la OLSX. Viajó ayer expresamente a Londres para apoyar un movimiento que, según dice, «representa mi punto de vista de que el sistema económico se ha roto». «Necesitamos fórmulas sostenibles, más igualdad y menos avaricia corporativa», sostiene. Su amiga Jane Carter describe una «revolución que ha conseguido despertar a la gente y darle una oportunidad para expresar su opinión».
«No nos vamos a mover de St. Paul», alerta Phillips. El movimiento se hizo eco de los recelos de los canónigos y reformó el campamento para facilitar el acceso a los servicios de emergencia. Ahora, las tiendas se alinean en filas, la carpa de la cocina se ha alejado del edificio, se han retirado bicicletas de la verja y se han despejado las escalinatas centrales. Hay cubos de basura y reciclaje, y el área está limpia. Unos 30 activistas del 15-M hacen turnos para ocupar y dormir en cuatro tiendas en St. Paul. «Es un estallido diferente: anticapitalista en Londres y sociopolítico en España. Es otra dinámica pero igualmente interesante y positiva. Uno de los objetivos, fomentar la reflexión, ya se ha conseguido», compara Abraham Trujillo, funcionario en el Ayuntamiento de Londres nacido en La Gomera.
Misa especial
El deán Graeme Knowles anunció ayer la reapertura de St. Paul y, salvo imprevistos de última hora, se oficiará una misa especial este mediodía. Pero la incertidumbre de la Iglesia perdura. La catedral se ubica en el barrio financiero de Londres y la Corporación municipal quiere recurrir a los tribunales para expulsar a los 'indignados'. La orden de desalojo podría solicitarse hoy mismo pero, sin el consentimiento de los canónigos, la operación tiene pocas probabilidades de éxito. Parte del suelo del campamento pertenece a St Paul; el resto es terreno público de la City.
La dimisión del rector Fraser sugiere que las autoridades eclesiásticas se disponen a secundar los trámites de desalojo con el apoyo del alcalde de Londres, el Gobierno central y miembros del Parlamento. «Resistiremos en los tribunales», asegura Phillips. Un despacho de abogados expertos en derechos civiles defenderá a los manifestantes en una causa que puede alargarse meses. «El movimiento es más grande que una ciudad de tiendas. Combatiremos el desahucio y si tenemos que abandonar St. Paul, nos trasladaremos a otro lugar», asegura el portavoz de OLSX. Por lo pronto se ha levantado un segundo campamento en la City, en una plaza ajardinada a unos quince minutos de St. Paul. Ayer se veían unas 75 tiendas entre los árboles y muchas más almacenadas bajo un toldo. Alan MacDonald, profesor canadiense, apuntalaba unas maderas donde se instalará el centro de prensa. La carpa de la cocina funcionaba a la perfección.