CiU plantea diez demandas para respaldar al futuro Gobierno
Duran i Lleida señala que el precio de su respaldo incluye que se acepte el pacto fiscal y más infraestructuras para Cataluña
BARCELONA. Actualizado: GuardarUn día después de ofrecerse al próximo gobierno para aprobar las reformas pendientes, CiU puso precio a ese apoyo al ejecutivo que salga de las próximas elecciones generales. Además del pacto fiscal, hasta ahora la única condición que establecía la federación nacionalista catalana para garantizar su colaboración en la gobernabilidad española, el cabeza de lista de CiU al Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, detalló ayer un decálogo requisitos que deberá cumplir el nuevo Ejecutivo central si quiere contar con CiU.
«Nosotros no podemos continuar haciendo lo mismo que en el pasado. Si nos implicamos, lo haremos a partir de una serie de condiciones», dijo Duran. «Nuestra prioridad, añadió, no será entrar en el Gobierno, sino cumplir un decálogo», las diez líneas rojas que pone CiU como moneda de cambio. La primera exigencia es resolver el déficit fiscal de Cataluña, contabilizado por la Generalitat en el 8% del PIB catalán, y que Duran cree que si no se soluciona dejará sin argumentos a los «moderados» de su partido, como él, que aún creen en la vía autonómica frente a los que reclaman mayores cotas soberanistas.
Eje ferroviario
CiU pide además una apuesta decidida por el eje ferroviario mediterráneo, la construcción de cinco infraestructuras viarias en Cataluña, que continúe el proceso de descentralización de la gestión del aeropuerto de El Prat, que se solvente el problema de la financiación de las empresas, que España presente en Bruselas un plan financiero que contemple la creación de un «banco malo» que absorba los activos tóxicos, que se ponga en marcha un plan de choque contra el paro, que se amplíe en dos años la vigencia de la Disposición Adicional Tercera del Estatut (para garantizar la totalidad de las inversiones previstas del Estado en Cataluña) y que el Ejecutivo haga una defensa acérrima de la política agraria para el litoral mediterráneo. Y, por último que se «no utilice nunca la lengua como instrumento de confrontación» ni cuestione el sistema de inmersión lingüística.
El punto que cierra el decálogo de exigencias va dirigido al PP, porque la federación nacionalista empieza a dar por hecha una amplia victoria de los populares, que es la peor de las hipótesis para CiU, porque vería reducida su capacidad de influencia en el Gobierno central y también de recibir las contraprestaciones. CiU sólo será decisiva en caso de mayoría simple, una posibilidad que en estos momentos no se ajusta con lo que apuntan las encuestas, que dan la mayoría absoluta a Mariano Rajoy.
Incluso en ese caso, Duran, al que se le ve especialmente nervioso y sobreactuado en esta precampaña electoral, insistió en que el futuro Gobierno deberá afrontar múltiples retos para los que necesitará el apoyo de otras fuerzas, como la de CiU.