Juan Margallo, actor y exdirector del FIT. :: LA VOZ
Sociedad

El reencuentro más esperado del FIT

«El teatro está en crisis desde que empezó, aunque los que estamos dentro lo vemos de forma natural», cuenta el intérprete cacereño El actor Juan Margallo, primer director del festival, se sube a las tablas del Gran Teatro Falla

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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A Juan Margallo le sorprende la llamada camino de Cádiz, en el tren. Viaja con su familia -su esposa y compañera de escenario es la actriz jienense Petra Martínez- y con una maleta llena de teatro. De medio siglo dedicado a él. Trae también la alegría de volver a casa, de reencontrarse con su otra familia, la del FIT. El primer y durante siete años director del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz se sube hoy a las tablas del Gran Teatro Falla con su compañía Uroc Teatro.

Lo hará en la segunda mitad del montaje previsto para celebrar el ilusionante regreso. En la primera parte, 'La madre Pasota', Petra Martínez encarna a una madre que se topa con que su hijo es militante de extrema izquierda. «Ella, para tratar de volverle al redil se disfraza de hippy y le va buscando por comunas, manifestaciones y bares. En esa búsqueda, es ella la que decide quedarse de por vida militando en la tribu urbana que le ha devuelto las ganas de vivir», explica el intérprete. Su hija, la también actriz Olga Margallo, dirige este texto de Darío Fo.

Después, Juan Margallo se reúne con su compañera para contar las 'Cosas nuestras de nosotros mismos'. «Hablamos de la crisis del teatro, de nuestros amigos y experiencias. De la ilusión que con 67 y 71 años seguimos teniendo Petra y yo. Es la historia de dos viejos cómicos que son capaces de volcar el fracaso en una nueva ilusión», resume el actor cacereño.

«Parece que siempre se habla de crisis cuando se relaciona con el teatro», le replica la periodista. «Sí, el teatro está en crisis desde que empezó. Lo que ocurre es que cuando se lleva tantos años en esto, se ve de forma normal, se impone la costumbre de sobrevivir. Ahora se ha visto agravada por la crisis económica y la falta de contrataciones. El teatro ha pegado un bajón tremendo en los últimos tiempos», responde Margallo. ¿También a nivel creativo? «Hubo un repunte, pero pienso que ahora ha bajado también en lo creativo. Pero bueno, estamos bien, Petra está trabajando mucho y yo hago esto porque me gusta, en otro caso me hubiera jubilado hace 30 años».

En 2006 Margallo obtuvo un Max por su trabajo en la adaptación teatral de 'El señor Ibrahim y flores del Corán', de Eric-Emmanuel Schmit, un obra que también trajo al FIT de aquel año. Y es que en su dilatada carrera -que incluye la fundación de grupos teatrales independientes como Tábano y El Gayo Vallecano- la dirección del festival gaditano es de los recuerdos que con más cariño guarda. «Ha sido de las cosas más importantes que me han pasado. Cuando en los 70 fui a Latinoamérica pensé que no volvería a ver a muchos de mis amigos que allí hice, pero este festival me dio de nuevo esa oportunidad, la de devolver todo lo que aprendí con ellos y hacer posible que vinieran aquí», comenta.

Otro cuarto de siglo

La primera edición es su favorita: «Es la que teníamos menos dinero, pero fue la mejor, es como el primer amor, estábamos todos ilusionadísimos». «En los últimos tiempos ha habido recortes, ¿se nota?», se le pregunta. «En la programación no se nota, porque es un festival que se hace con el esfuerzo de los grupos y los gobiernos de los países y en el que lo que más vale es el entusiasmo de los participantes», responde.

Entonces, ¿augura otros 26 años más? «Como mínimo. El FIT es un festival muy original, casi único. Al margen de las obras, siempre se ha mantenido ese espíritu de debate, de investigación y puesta en común de lo que se hace en la escena de las dos orillas. En América Latina hay poca ayuda al teatro, pero un montón de grupos y con mucha vocación. Es una maravilla este intercambio y que continúe año tras años. Así debe serlo por mucho tiempo», sentencia.