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Desde el Teide

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Washington y Walton se hicieron en los años veinte con la concesión del transporte público en La Habana rotulando sus ómnibus mediante el logo Wa&Wa de donde procede 'guagua'. En aquel tiempo eran muy fluidas las relaciones entre la perla azul del Mar de las Antillas y el archipiélago canario, donde también se implantó esa palabra. Esta anécdota me devuelve esa edad feliz y despreocupada que transcurrió en las faldas de un volcán surgido del fondo del océano hace millones de años.

El archipiélago ha venido ocupando portadas de noticieros: se decía que una erupción en las profundidades de las aguas podría ser origen de una nueva isla junto a la más joven de todas: El Hierro con sólo un millón de años, que fue referencia de navegantes hasta que en el siglo XVIII el Rey Sol intentó imponer el Meridiano de Paris sobre el ancestral Meridiano de Canarias, finalmente depuesto un siglo después por el Meridiano de Greenwich mediante el poder de la Reina Victoria. El Hierro que recibe las lluvias de los alisios parece una Irlanda en miniatura, nada que ver con ese enorme desierto que navega cerca de África y lleva el nombre de sir Lancelot du Lac. Cada isla es tan distinta que podría hablarse de pequeños continentes; antes de su ocupación por los castellanos su organización social resultaba muy diferenciada: en unas se practicaba la poligamia, en otras la poliandria y en La Gomera la libertad total de relaciones. Habían renunciado a la navegación de manera que entre ellas no existían contactos, incluso puede que el origen de sus pobladores fuera diferente. Pueblos que al asentarse renunciaron a sus orígenes para crear un mundo propio. La colonización acabó con ellos: exterminados o vendidos en Sevilla, el principal mercado de esclavos de Europa durante la Baja Edad Media.

La ciudad que gocé en mi infancia canaria era bella y confiada, su esplendor contrastaba con las poblaciones grises de la península que aún sufrían los efectos de la posguerra, así lo percibía tras sufridos viajes a bordo de aquellos Douglas DC-4, aviones militares americanos transformados para el transporte civil en los talleres de Barajas. La actual Santa Cruz presenta nuevos atractivos entre los que destaca el Tenerife Espacio de las Artes, de Herzog & De Meuron, pero tal vez nada mejor que una conversación en el Antiguo Hospital Civil, ahora Museo de la Naturaleza y el Hombre, con el arquitecto y critico de cine Jorge Gorostiza, cuyo último libro 'La Profundidad de la Pantalla' es de obligada lectura.