El favorito a la presidencia de Irlanda, envuelto en una oscura donación

El empresario Séan Gallagher creía ganada la presidencia irlandesa. Con un apoyo del 40% de los votos preferentes en los sondeos, su entrada en Phoenix Park, en sustitución de la norirlandesa Mary McAleese, parecía imparable. Pero el candidato independiente, que se hizo famoso juzgando a los concursantes de un programa de televisión, dio un serio traspié en su propio terreno, la televisión, en el último debate de la campaña, la noche del lunes.

En el debate salió a relucir una oscura donación política y presuntas irregularidades empresariales, que no acertó a refutar con solidez e incluso pareció admitir. En un instante arruinó la buena imagen que venía cosechando y se convirtió, a juzgar por los comentarios en Internet, en el político corrupto que Irlanda quiere confinar a la historia.

Los irlandeses votan hoy y el resultado está tan incierto como al principio de la campaña. Los analistas evocan las presidenciales de 1990, cuando el favorito admitió en televisión que había mentido en el pasado, despejando el camino a Mary Robinson.

Gallagher acusa a McGuinness de juego sucio. El exmilitante del IRA aseguró en televisión que su rival había recogido un cheque de 5.000 euros para Fianna Fáil, el gran derrotado en las últimas elecciones generales y el único partido histórico sin representante oficial en las presidenciales. En el curso del debate, el entonces candidato favorito dio a entender que había actuado de intermediario en la donación, pero rectificó después y cargó su línea de defensa contra los socios del IRA.