Imagen de uno de los parajes jerezanos que han sido puestos en cuestión por los ecologistas. :: L. V.
Jerez

Por unas cañadas para todos

Ecologistas en Acción denuncia que se siguen cometiendo irregularidades; El colectivo repasa en un informe el estado de las vías pecuarias del término municipal, con una longitud de casi 525 kilómetros

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Días atrás saltó a la luz el expediente sancionador abierto por la Consejería de Medio Ambiente sobre el asfaltado de una vía pecuaria en Magallanes y del requerimiento de información, tanto al Ayuntamiento como a Ajemsa, para depurar posibles responsabilidades en esta actuación que, al parecer, no contaba con la correspondiente autorización.

Ecologistas en Acción señala que lo sucedido en Magallanes no es «sino un eslabón más de la larga cadena de ilegalidades que desde hace varias décadas se vienen registrando en las vías pecuarias», las cañadas de toda la vida, del término municipal, una extensa red de caminos rurales que, con una longitud aproximada de 525 kilómetros y una anchura media de 52 metros, ocupan ni más ni menos que una superficie de 3.089 hectáreas.

Recuerda, igualmente, que se trata de un patrimonio común, «que pertenece a todos los jerezanos y que es preciso conservar», al que la normativa protege «como bienes de dominio público, que no son susceptibles de prescripción, ni enajenación, ni podrá alegarse para su apropiación el tiempo que han sido ocupadas ni legitimarse las diferentes usurpaciones de que han sido objeto».

Sin embargo, en Jerez, todo lo relativo a las vías pecuarias parece ser muchas veces «papel mojado», según apuntan desde Ecologistas en Acción. La entidad, de hecho, hace apenas dos años que presentó un amplio informe resultado de un recorrido por algunas de las vías pecuarias del término que, a modo de muestreo, denunciaba con un completo dossier fotográfico el progresivo deterioro de estos espacios públicos. «Las administraciones implicadas, a las que se remitió copia, no podrán alegar ignorancia de las usurpaciones y ocupaciones que entonces se denunciaban», afirma. Y añade que «lo lamentable es que en estos dos años apenas se ha intervenido y que las irregularidades que ahora se denuncian acerca del asfaltado de la cañada de Magallanes son solo una pequeña muestra de las muchas que se han sucedido en estas últimas décadas en las vías pecuarias de Jerez».

Afirma que a día de hoy siguen las usurpaciones en la Cañada de Lomopardo y en la de Albadalejo y Cuartillos con construcciones, en la mayoría de los casos, para segunda residencia. Y que continúan realizándose nuevas obras y cerramientos en esta última, la Cañada Real de Albadalejo, a su paso por Cuartillos, y se amplían las ocupaciones y la construcción de cabañas en la Cañada de Vicos.

Sigue asegurando que en la denominada Puerta verde de Jerez, «los terratenientes y las parcelas colindantes han incorporado parte del trazado a sus fincas; ciudadanos ¿anónimos? han parcelado la vía pecuaria y siguen construyendo en las cercanías de El Mojo, donde se aprecian también más usurpaciones en la Cañada de los Arquillos».

Un muestrario

Pero va más allá en su informe: «La Cañada Real de la Isla, en los alrededores de la subestación de las Quinientas, ofrece todo un muestrario de irregularidades que se actualiza a cada día que pasa. Las del Amarguillo o Pinosolete son auténticos vertederos para desaprensivos atraídos por los muchos escombros que hay sin recoger, como sucede en la caña da de Las Tablas, junto a Nueva Jarilla, donde algunos propietarios agrícolas han incorporado parte de su trazado a las parcelas. En la Cañada del Calderín y Catarranas pasa otro tanto de lo mismo y la de la Loba, junto a la carretera de Sanlúcar, es un ejemplo de la degradación del entorno urbano como vertedero.. Y todo ello por no hablar de las usurpaciones de las hijuelas y cordeles menos transitados, absorbidos por los propietarios de tierras colindantes u ocupados por personas que quieren tener su huerto de fin de semana, su cabaña para criar animales. en un suelo que es de todos y del que se benefician sólo ellos, mientras quienes deben velar por su protección permanecen sin actuar».

Recuerda, asimismo, que las vías pecuarias tienen un valor natural, histórico y etnológico de «primera magnitud y constituyen un patrimonio público de enormes potencialidades ecológicas, paisajísticas, turístico-recreativas. La Ley de Vías Pecuarias y el Reglamento de la Comunidad Autónoma recogen estos nuevos usos complementarios que permiten convertir a las cañadas en elementos dinamizadores. En la provincia hay ya algunos ejemplos que muestran cómo esta red de caminos rurales pueden ser un elemento de desarrollo económico».

Cita los casos del Corredor Dos Bahías, la red Cañadas de Puerto Real, la Vía Verde de la Sierra y otros espacios recuperados para el senderismo, el turismo ecuestre, las rutas en bicicleta, etc.