BBVA ve «intereses políticos» en el acoso de Europa a la banca
La entidad recorta un 14% su beneficio por el mal comportamiento de su negocio en España y la crisis de deuda soberana
MADRID. Actualizado: GuardarPor si fueran pocos los males 'nacionales' -España ha lastrado los resultados de BBVA hasta septiembre-, la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) también aprieta lo suyo. Una presión que parece responder a la búsqueda de un 'cabeza de turco' o, más bien, de una medida rápida que frene el caos en los mercados: la recapitalización como norma general para las grandes entidades.
El organismo ha aumentado su acoso sobre los bancos que considera sistémicos, a los que exige un 9% de 'core capital 1', el de mayor calidad. El consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, carga contra la indefinición que reina en la EBA y en sus directrices, que aquí transmite a las entidades el Banco de España, y asegura que las nuevas exigencias «responden más a intereses políticos que a verdaderas necesidades de capital». «Veremos recapitalizaciones de bancos que realmente no las necesitan», afirma.
Cano insiste en que prefiere «un buen acuerdo europeo que aclare todos los aspectos sometidos a examen, aunque sea en un par de semanas», a cualquier otro más rápido que deje grietas abiertas. Y no teme los nuevos requerimientos de la EBA. Es más, asegura que el banco tiene capacidad para generar antes del 30 de junio de 2012 unos 4.700 millones de capital adicional de forma orgánica o, dicho de otra manera, sin acudir a los mercados.
La EBA quiere también depreciar (valorar a precios de mercado) la cartera de deuda pública de países en problemas, incluido España. Cano asegura que BBVA no tiene apenas papel griego, irlandés, portugués o Italiano. El grueso es deuda del Tesoro (23.700 millones de un total de 26.427), a la que esa devaluación recortaría sólo 404 millones. Una cantidad compensada sobradamente por las plusvalías latentes de la propia cartera, cuyo vencimiento medio es de 2,8 años.
Caída
BBVA ha pagado su factura a la crisis de deuda vivida en el tercer trimestre. Un periodo marcado por la subida de la prima de riesgo y el contagio a Francia de la enfermedad griega. En los nueve primeros meses, la entidad ganó 3.143 millones, un 14% menos que un año antes.
Los tres últimos meses han supuesto un duro golpe al banco, que ha pagado sobremanera la pérdida de vigor de su negocio en España. Por contra, la diversificación geográfica y la presencia en países emergentes, sobre todo latinoamericanos, han suplido el declive de las operaciones nacionales. Entre junio y septiembre, el banco se apuntó un beneficio neto en España de 265 millones, algo menos de la mitad de los 515 millones que obtuvo en el mismo periodo de 2010. En términos acumulados (enero-septiembre), el descenso fue del 38,2%, hasta 1.162 millones. La tasa de morosidad del grupo se situó a cierre del tercer trimestre en el 4,1%, la misma que un año antes, pero una décima por encima de la junio. En España, ese ratio se eleva al 4,9%, sobre todo -dijo Cano- por la caída del nuevo crédito.