
El Cuco asegura que solo Miguel Carcaño sabe dónde está Marta
El condenado declara que se autoinculpó en la desaparición de la menor porque la Policía le amenazó con «llevarse por delante» a su madre
SEVILLA. Actualizado: GuardarUna condena en firme por encubrimiento no ha podido con el pacto de silencio que parecen mantener todos los acusados en el caso Marta del Castillo sobre el paradero del cadáver. El menor implicado, Javier García, 'El Cuco', se sumó ayer a sus compañeros adultos y se negó a señalar dónde puede estar el cuerpo de la adolescente, apuntando a Miguel Carcaño como único responsable de la muerte y la desaparición de la chica.
Era la última esperanza que le quedaba a la familia Del Castillo, que por vez primera tuvo delante al conjunto de imputados. Pero de nada sirvió que El Cuco, que cuenta ya con 18 años, compareciese como testigo y con la obligación de decir la verdad. Durante cerca de dos horas, el chico ejerció su derecho a declarar para asegurar que el 24 de enero de 2009 en ningún momento estuvo en la casa de Miguel Carcaño en León XIII, ya fuera solo o con Samuel Benítez. Todo esto, a pesar de que pesa sobre él una sentecia en firme, desde la semana pasada, que le condena a tres años de internamiento y en la que se da por probado que ayudó a sus amigos a «deshacerse del cuerpo para impedir su descubrimiento», pero que no acredita que participase de forma activa en su muerte.
Su versión volvió a ser que ese día coincidió con Miguel y Marta en una plaza cercana a la casa de ella, y que cuando los dos primeros se fueron a Triana y luego a la casa de Carcaño, él se fue con unos amigos para hacer botellón. Posteriormente, se fue a dormir «la mona», según explicó. Entre medias, llamó a Samuel para invitarle al botellón y a ir a su casa a pasar la noche. Solo se enteró de la desaparición de Marta al día siguiente, y por la llamada de una amiga común.
Con un aspecto muy cambiado, con pelo largo y mucho más musculoso -nada que ver con el «peque» del que hablaba su pandilla-, Javier García llegó a los juzgados aprovechándose de que nadie le reconocía, dado que su juicio fue a puerta cerrada al tratarse de un caso de menores. A la salida fue distinto. Curiosos y miembros de la plataforma 'Todos somos Marta ' ya le ponían cara tras su declaración en la sala, y comenzaron a abuchearlo. Tuvo que salir por la puerta trasera y oculto en el interior de un coche que llegó a ser golpeado.
Desafiante
En el interior de los juzgados mantuvo un tono desafiante y en ocasiones chulesco que motivó que el presidente del tribunal tuviera que reconvenirle hasta en tres ocasiones para que contestara «con respeto y educación». Tanto fiscal como acusación particular se mostraron muy incisivos -más que con los imputados en esta vista- y llegaron a acorralarle, provocando que durante unos cuantos minutos sus únicas respuestas fueran monosílabos o «no sé».
En ocasiones ofreció respuestas surrealistas, como al asegurar que solía dormir bajo la mesa del ordenador de casa de Carcaño «en posición fetal» porque acudía a fiestas en esa casa, de ahí que se hallase material genético suyo en ese sitio, o que pese a estar borracho, se fue a su casa en bicicleta.
Como ya hiciera el abogado de la familia de Marta con los cuatro acusados, terminó su interrogatorio preguntando sobre el cadáver.
«Usted ya ha pasado su juicio. ¿Quiere hacer el favor de decirnos algún dato para ayudar a encontrar a Marta y que los padres puedan descansar?». «Yo no lo sé, si lo supiera ya lo habría dicho hace tiempo, si quiere saberlo pregúntele a Miguel», se limitó a decir.
También denotó nerviosismo cuando le interrogaron acerca de sus tres primeras declaraciones, muy detalladas y en las que reconoció tanto su implicación como que tiraron a Marta al río. Una versión que dio «porque la Policía le obligó», como ya dijo Samuel la pasada semana. «Me dijeron que se iban a llevar por delante a mi madre», casi gritó. Sin embargo, ni su abogado ni su madre protestaron nunca por coacciones de los agentes, y estos tampoco estaban presentes cuando reiteró su versión ante el juez instructor.
La implicación que hizo El Cuco contra Javier Delgado, hermano de Miguel, es una de las principales pruebas de cargo contra él, pero el acusado declaró que también lo hizo «bajo presión policial», porque «ese señor en ningún momento me ha amenazado».
Antes que él declararon otros amigos de la pandilla de la adolescente, uno de los cuales llegó a decir de forma sorpresiva que cuando vio a Marta esa tarde estaba con El Cuco y no con Miguel, contradiciendo lo que había manifestado con anterioridad ante la Policía.