Una fatalidad imposible de evitar
El mundo del motociclismo continúa conmocionado por la muerte del piloto italiano Marco Simoncelli
BARCELONA. Actualizado: GuardarEl día después de una tragedia siempre es muy duro, casi tanto como el del mismo suceso. Sumida en una profunda tristeza, la gran familia de los integrantes del Mundial de Motos, la mayoría europeos, afrontaba el viaje de vuelta casa, en esta ocasión más largo y pesado que nunca, con el recuerdo omnipresente de Marco Simoncelli y su prematura y dramática desaparición. Superado el 'shock' inicial, llega la hora de la reflexión. Se plantean causas y consecuencias mientras se empieza a asimilar lo ocurrido, y el estupor inicial se torna impotencia. Es el momento de los cómos y los porqués, aunque no siempre se encuentren respuestas esclarecedoras.
El accidente mortal de Marco Simoncelli, el segundo en el Mundial de motos en poco menos de un año (el japonés de Moto2 Shoya Tomizawa fallecía en Misano el 5 de septiembre de 2010), ha reabierto el debate sobre la seguridad en las carreras, cuestionando si las medidas actuales son adecuadas, y cómo se pueden mejorar para el futuro. Por lo que respecta a las causas del accidente, la conclusión es unánime: fue una fatalidad, una desgracia.
Funeral en Coriano
Tras la práctica de la autopsia, de la que no han transcendido detalles, ayer en Malasia, los restos mortales de Marco Simoncelli llegarán hoy por la mañana a Roma, acompañados por el padre del piloto, Paolo, y la novia, Kate, que habían viajado a Sepang junto a él, en un vuelo de Alitalia. Desde allí, cuerpo será trasladado a Coriano, localidad de la región Emilia Romagna donde vivía la familia Simoncelli, y esperan la madre Rosella y la hermana Martina.
La capilla ardiente se instalará en la jornada de mañana en el Ayuntamiento, y el funeral, que se prevé multitudinario, tendrá lugar este jueves en la Iglesia de Santa María, también en Coriano. Después, los restos del piloto Marco Simoncelli descansarán para siempre en el cementerio de la misma localidad.