Miguel Carcaño a Samuel Benítez: «Te pido que digas dónde está Marta»
El asesino confeso de la menor y su amigo mantienen sus contradicciones durante un careo ordenado por el tribunal que les juzga
SEVILLA. Actualizado: GuardarLa familia de Marta del Castillo abrió ayer la ronda de declaraciones de los testigos en el juicio por la muerte y desaparición de la adolescente a comienzos de 2009. Serenos, trataron de recrear ante el tribunal el abatimiento y la desesperanza que han sufrido todo este tiempo en una suerte de «tortura infinita» que ni siquiera tiene el consuelo de un lugar en el que velar a su hija. La esperanza de que un careo entre dos de los implicados, Miguel Carcaño, asesino confeso, y Samuel Benítez, el amigo al que acusa de haberse deshecho del cadáver, aportase algo de luz se desvaneció tras comprobar cómo ambos se enzarzaban en una guerra de reproches en la que no se movieron ni un ápice de sus versiones.
El careo fue solicitado por la acusación particular con la esperanza de que sirviese para aclarar dónde ocultaron el cuerpo y cómo se produjo la muerte de la joven. Pero tanto Miguel como su amigo tenían la lección bien aprendida, y al cabo de cinco minutos el tribunal dio por finalizado el enfrentamiento dialéctico en vista de que no llevaba a ningún sitio. Carcaño abrió fuego con un «te pido que digas dónde está Marta», e intentó desmontar la coartada de su amigo. Le recordó que no tenía los billetes del autobús en el que supuestamente llegó al centro de Sevilla y que había apagado el móvil durante las horas en las que se produjo todo. «En esa época tú eras más listo que yo, por eso yo estoy en prisión y tú estás en la calle», le increpó.
«Se cree el ladrón que todos son de su condición», respondió Samuel, al que se vio inquieto con la referencia al autobús. «Yo estaba con mis testigos, tú dices que yo fui a tu casa con un coche que te has inventado», continuó, «o soy el primo de Forrest Gump y tardo cinco minutos en llegar a tu casa» desde la otra punta de la ciudad. «Yo presentaré mis pruebas a lo largo de este proceso», dijo, para a continuación tratar de exculparse asegurando que «quién se va a creer que una persona se va a prestar a ayudar a otra que ha matado a su amiga». No obstante, la familia de Marta se mostró satisfecha con el único dato en claro de ese careo. «Miguel sabía que Samuel iba en coche a la fiesta de cumpleaños y por eso lo llamó a él», decía a la salida de los juzgados Antonio del Castillo, que hizo además hincapié en la versión de los billetes de autobús desaparecidos misteriosamente en la Comisaría que siempre ha mantenido Samuel.
También declararon los amigos de Marta y su tío, Javier Casanueva. Aportaron testimonios que desmontan la coartada horaria de los implicados. Aseguraron que en la casa donde murió Marta no había nadie entre las 00.30, cuando fue Antonio del Castillo a buscarla, ni a las 2 de la madrugada, cuando llegaron los amigos de la chica y notaron «algo raro».