Puerto I crea un módulo de respeto para los presos con buena conducta
Con esta mejora, el centro penitenciario despeja los temores de cierre o pérdida de categoría que surgieron en primavera
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl centro penitenciario de Puerto I, el único en España dedicado en exclusiva a los presos de primer grado, es decir, los más peligrosos, los reincidentes y los más conflictivos dentro de prisión, ha puesto en marcha un nuevo módulo de los denominados de respeto, dedicado a acoger a aquellos internos que mejoren su conducta, a los que se les concederán ciertos permisos penitenciarios cercanos a un segundo grado, sin que lleguen a cambiar de categoría.
Con esto parecen despejarse los temores sobre un posible cierre que se cernían sobre esta cárcel de máxima seguridad, para transformarla en una de régimen ordinario, como las cercanas Puerto II y Puerto III, como denunciaron los sindicatos de funcionarios de prisiones. Según fuentes del centro penitenciario, el cierre no se limitaba a simples rumores. Se trataba de una intención cierta por parte del Ministerio del Interior, que se llegó a materializar en un descenso progresivo de los presos que se encontraban en la cárcel. Por último, a finales de marzo de este año, Instituciones Penitenciarias confirmaba que a comienzos de 2012 se cerraría temporalmente la prisión para acometer en ella obras de mejora, aunque fue todo lo que precisaron.
Desde la Administración no se aclaró en qué consistirían esas «mejoras» y los sindicatos volvieron a poner el grito en el cielo. Temían que esas obras escondieran el sospechado cambio de modalidad a un centro de segundo grado, con módulos especiales de primer grado, lo que consideraban «un error de consecuencias irreparables», pues según ellos «limitaría las labores de reinserción de los presos y la convivencia de internos de especial conflictividad con otros de comportamiento reglamentario desembocaría en un aumento de los incidentes».
Finalmente, Puerto I no se cerrará de manera definitiva, ni temporal. Tampoco se llevarán a cabo los anunciados trabajos. Los cambios se han limitado a mejoras puntuales y la creación del llamado módulo de respeto. El objetivo de este pabellón especial es dotar a ciertos reos a los que se les aprecie un buen comportamiento, de mayor autonomía en este centro en el que los presos cuentan con un mayor control y un porcentaje superior de funcionarios por interno, dado que también cuenta con mayores índices de conflictividad.
El módulo cuenta, al igual que el resto de la prisión, con salas de recreo, de talleres, una pista deportiva y de gimnasia. Pero, a diferencia de otros módulos, además de una decoración menos carcelaria, los internos contarán con más autonomía a la hora de acceder a todas estas salas comunes.
Como contrapartida, las normas de convivencia que se espera que los presos cumplan son más estrictas y obligan, por ejemplo, a que los propios internos autoevalúen sus comportamientos y se controlen en posibles incidentes, en lugar de dejar esta tarea siempre en manos de un funcionario. Hábitos que, en definitiva, tienen un claro objetivo de reinserción de los reclusos. En la actualidad, se encuentran ya en dicho módulo al menos doce presos, aunque el número podría incrementarse si la iniciativa prospera y se percibe que las metas que se han puesto se cumplen.