VÍCTIMA DE LA CRISIS
ETA dice que ha puesto fin al terrorismo y hay que celebrarlo, aunque no hay nada que agradecerles, ni por supuesto premio que entregarles. Ahora les toca responder por los desmanes
Actualizado: GuardarAETA se la ha llevado por delante la crisis. La crisis provocada por las fuerzas de seguridad. No ha funcionado el voluntarismo de los terroristas, el afán de seguir adelante como fuera, la creencia de que la enésima reorganización podría ayudarles a salir del agujero, la idea de que siempre habían pasado momentos malos, pero que, al final, los superaban. Han tenido que rendirse a la evidencia de que la fuerza del Estado de Derecho es superior a la capacidad de un grupo terrorista.
El proceso que ha conducido hasta el anuncio de ETA de abandono del terrorismo ha sido largo, aunque la etapa final abarca una década, desde finales de 2001 a finales de 2011. «A partir de 2002 se debilitó progresivamente la estructura en la clandestinidad», escribía Txeroki hace tres años para explicar el camino de la degradación paulatina que había llevado la organización de la que era el máximo dirigente. «La capacidad militar de la Organización será cada vez menor -vaticinaba-. Habrá más dificultades para condicionar la situación política y habrá más dificultades y penurias, y como consecuencia de esto, un debate permanente sobre la efectividad político militar».
El debilitamiento policial de ETA se tradujo, como es obvio, en una pérdida de capacidad para cometer atentados, lo que significa la esterilización de una organización terrorista. Pero un segundo efecto de la acción policial fue que ETA perdió la capacidad de controlar a su entorno político, de imponer sus estrategias, como había hecho históricamente. Ha sido un doble fracaso.
A pesar de esa situación de doble debilidad, los etarras han estado trabajando todo este tiempo para intentar reorganizarse, para volver a recuperar las capacidades perdidas. Y hasta ahora no se habían detenido en esas tareas. Habrá que ver qué es lo que hacen en el futuro, si se resignan a acatar el mensaje del comunicado de ayer o hay alguno que pretende poner en marcha la ETA-Auténtica y seguir con el terrorismo.
Ahora habrá carreras por capitalizar el final de ETA, en particular entre los miembros de la izquierda abertzale y su corte de mediadores que han frecuentado el país en las últimas fechas. Frente a ese esfuerzo hay que dejar claro que ha sido la eficacia del Estado de Derecho la que ha vencido a ETA. Los mediadores son como las funerarias: pueden organizar un cortejo más o menos vistoso, pero no ponen al finado. Al cliente o se lo mata alguien o se muere solo. Luego ellos ponen los adornos florales.
ETA dice que ha puesto fin al terrorismo y hay que celebrarlo, aunque no hay nada que agradecerles, ni por supuesto premio que entregarles. Ahora les toca hacer frente a la responsabilidad de los desmanes provocados durante tanto tiempo.