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El consejo de Sacyr se rebela y destituye a Luis del Rivero
Manuel Manrique, hasta ahora número dos del polémico empresario murciano, cambia de bando para convertirse en el nuevo presidente
MADRID. Actualizado: GuardarLos avatares de Luis del Rivero dan para una espléndida novela negra. Siempre en primera línea de algunas de las batallas más cruentas de la reciente historia empresarial española, el ingeniero murciano se ha visto superado en una escena cuyo guion, a buen seguro, le hubiera gustado firmar.
En plena batalla por el control de Repsol, y con medio consejo de administración de la constructora en su contra, ha sido apartado de un plumazo de la presidencia de una empresa que él mismo creó en 1986. Uno de los artífices principales de la sorpresiva defenestración de Luis Del Rivero ha sido Manuel Manrique, su escudero más fiel de los últimos 25 años.
El hasta ahora número dos de Sacyr se convierte en el nuevo número uno y mantiene su puesto de consejero delegado. Un rocambolesco giro en el que la oposición 'oficial' al polémico empresario, liderada por Demetrio Carceller, el grupo Satocan y Juan Abelló, sumada al hartazgo de otros accionistas tras el reciente pacto Sacyr-Pemex para asaltar Repsol y el inminente vencimiento de la enorme deuda contraida para pagar precisamente el 20% de la petrolera, han acabado con Del Rivero.
Según fuentes próximas al consejo de Sacyr, NovacaixaGalicia, partidaria como el resto de las cajas presentes en el consejo de la constructora de buscar la paz institucional para alcanzar acuerdos tanto en Sacyr como en Repsol, se ha decantado por sumarse a los opositores. Las otras entidades financieras presentes en el órgano de gobierno (Bankia, Unicaja y Marenostrum), que también junto a la caja gallega manejan casi un 8% de Sacyr, se habrían abstenido.
En un más que tenso consejo de administración celebrado ayer, el cuarto en apenas un mes, Del Rivero terminó derrotado. Tanto, que ha presentado incluso su dimisión como consejero de la firma. Y eso que minutos antes de comenzar la reunión sorprendió al mercado al anunciar la sindicación de su participación con las de dos viejos socios, José Manuel Loureda y Francisco Javier Gayo. Juntos manejaban un 26,5% del capital de Sacyr, por encima del bloque de principales opositores. Una maniobra que terminó por enfadar al resto.
Los más perspicaces ya advirtieron que, según la lógica de los últimos tiempos, ese trío debiera haber sido un cuarteto del que formara parte Manuel Manrique, fundador también junto a los otros tres de Sacyr y en posesión de dos asientos en el consejo. Una ausencia que ya levantó sospechas.
Finalmente, Manrique sobrevive, Demetrio Carceller se convierte en vicepresidente primero y Juan Abelló se mantiene como vicepresidente segundo. Como sucede en estos casos, Del Rivero -que lo ha sido todo en Sacyr Vallehermoso- se marchó del sancta santorum de la que ha sido su casa con el tradicional «agradecimiento» del consejo por su «dedicación y labor en la configuración y desarrollo del grupo». Todo un golpe. Tras este cambio, queda mucho trabajo por hacer en Sacyr, que debe aclarar cómo afrontará el pago de casi 5.000 millones de euros que vencen en diciembre por el préstamo de Repsol, y sus aspiraciones en la propia petrolera. El consejo analizó el primer capítulo, y es más que probable que la constructora venda parte de ese 20% de la petrolera -algunas fuentes hablan de un 5%- para respirar tranquila.
En la guerra abierta con Repsol también se abre otro tiempo. Manrique ya ha telefoneado a Antonio Brufau, con el que se reunirá hoy para tratar el pacto Sacyr-Pemex y la forma de reconducir la relación entre ambas compañías.
Luis Del Rivero no ha logrado completar ninguno de sus últimos sueños. Hace casi siete años trató de asaltar el BBVA con una fallida compra del 3,1% del banco. No pudo, frenado por el Banco de España y el núcleo duro de la entidad. Tampoco pudo dominar la francesa Eiffage, que tuvo que abandonar tras una dura batalla judicial.