Igual que el patriarca, sus hijos fueron escoltados ayer en la Audiencia Nacional. :: ANDREA COMAS/REUTERS
Ciudadanos

Los Ruiz-Mateos reconocen tener empresas en paraísos fiscales

Los hijos del fundador del grupo afirman que esa estructura en el extranjero era idea de su padre para protegerse de «nuevas expropiaciones»

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Los hijos de José María Ruiz-Mateos reconocieron ayer ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz la existencia de una estructura empresarial en paraísos fiscales montada por su padre, que podría haber intercambiado movimientos de fondos con las sociedades radicadas en España.

Durante su declaración como imputado por los presuntos delitos de estafa, insolvencia punible y administración desleal a raíz del hundimiento de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos hijo aseguró que le «consta la existencia de empresas en Belice, porque mi padre dispuso esta medida que le protegía de nuevas expropiaciones» como la sufrida con el Gobierno de Felipe González.

Según explicaron fuentes jurídicas tras su declaración, José María hijo dijo textualmente que «claro que me consta que existen sociedades en Belice porque mi padre las dispuso para protegerse de una nueva expropiación».

Ruiz-Mateos hijo también afirmó ayer ante el magistrado que «suponía» que se han producido movimientos de dinero entre las empresas españolas y las matrices «en el extranjero», aunque se negó a admitir una salida clara de fondos hacia el exterior.

Dentro de la estrategia de responsabilizar al padre de todas las decisiones adoptadas en el conglomerado empresarial, otro de los hijos, Pablo Ruiz-Mateos, admitió ayer que el patriarca es el dueño de las sociedades radicadas en paraísos fiscales que son las propietarias últimas de firmas españolas como Dhul, Clesa, Hibramer o Carcesa.

Respecto a las salidas de dinero desde esas empresas, que son la causa principal de que hayan entrado en concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos), el administrador único de la tesorería de Nueva Rumasa, Zoilo Pazos Jiménez, sobrino del patriarca, declaró ayer desconocer el destino del dinero que él mismo retiraba en efectivo y con cheques.

Incluso, indicó no recordar que el 5 de mayo de 2008 realizó 51 retiradas de dinero de la cuenta de Carcesa de la que era el único autorizado, por un valor total de 54 millones de euros.

El sobrino de José María Ruiz-Mateos, que insistió en que «todo lo hacía por su tío», mantuvo en todo momento esa versión pese a que la Fiscalía Anticorrupción le ha advertido de que se consideraría que se había quedado con esas cantidades de dinero si no revelaba su destino.

El Juzgado Central de Instrucción número 5 también tomó ayer declaración en calidad de imputados a Alfonso y Javier Ruiz-Mateos. Todos ellos están imputados por presunta estafa, administración desleal e insolvencia punible por la emisión de pagarés cuyos importes no se han devuelto ni se abonarán a vencimiento tras el hundimiento del conglomerado.

El resto de hijos del empresario octogenario insistieron en declarar que el responsable de todo era su padre, a pesar de que ellos eran miembros del consejo de administración de Nueva Rumasa y sus firmas figuran en numerosos documentos como administradores de algunas sociedades.

Salidas de dinero de Carcesa

Durante las declaraciones, los abogados que representan a los inversores en pagarés se interesaron también por los movimientos circulares de dinero entre sociedades españolas y extranjeras, sin que ninguno de los imputados haya dado dato alguno sobre esas operaciones.

Entre ellas, destaca el préstamo de 60 millones que Carcesa, propietaria de las marcas Apis y Fruco, concedió en mayo de 2008 a Bamingo Canarias, de la que era representante Susana Álvarez Ampuero, considerada por la Agencia Tributaria uno de los principales testaferros de la familia.

Una de las sociedades radicada en Belice y representada por Álvarez Ampuero, Duton Invest & Trade, terminó adquiriendo en diciembre del año 2008 participaciones de Carcesa por valor de 1,41 millones de euros.

Los hijos y el sobrino del fundador de Nueva Rumasa también admitieron ayer que Álvarez Ampuero era una «colaboradora habitual» de su padre, por lo que está previsto que se le cite a declarar como testigo a petición de las acusaciones particulares.