«Durante el atraco incluso les pedí perdón a las trabajadoras del banco»
Nicolás A. asegura no tener su parte del dinero, y se muestra arrepentido de haber participado en el asalto
Actualizado: GuardarEs difícil explicar qué pasa por la cabeza de una persona que atraca un banco armado con un cuchillo, a cara descubierta, y en un momento determinado le pide perdón a las empleadas que tenía amenazadas.
Es difícil saber qué pasa por la cabeza de Nicolás Alcántara, el chiclanero de 39 años y con un amplio historial delictivo a sus espaldas, que se declaró ayer culpable del asalto al BBVA del pasado lunes en Chiclana, y que ante la juez que lo dejó en libertad con cargos se mostró arrepentido de haber participado en los hechos.
LA VOZ tuvo oportunidad ayer de conversar unos minutos con el imputado, puesto en libertad con cargos por la magistrada tras oír su declaración. Lo primero que le cuestionó este medio fue el porqué de su acción. «Me meto en este fregado yo solo, me cogió metido en el boquete, pero yo nunca, nunca, nunca, he hecho eso ni lo volveré a hacer; me voy a ir a mi casa para no salir en mucho tiempo», explicaba.
La segunda cuestión que cabe realizar a quien sale de los calabozos de un juzgado con el dictamen judicial que lo deja libre con cargos plegado y las manos temblorosas, es dónde está el dinero del botín del atraco que todavía no ha aparecido. Ahí sus respuestas se difuminan. «Yo no tengo el dinero, ¡si yo estoy deseando entregarlo; decir toma; aquí está!, y quedarme tranquilo, pero no sé donde está ese dinero», repetía una y otra vez ante las cámaras.
Consciente de que la justicia «me ha dado una segunda oportunidad», Nicolás se mostró arrepentido y arrojó algo más de luz a lo que ocurrió el pasado lunes en el interior de la sucursal bancaria de la Plaza de Andalucía.
«Yo incluso le pedí perdón a las empleadas del banco. Les dije que no tocaran la alarma y que estuvieran tranquilas», relata. Además, uno de los autores confesos del atraco reconoce que entró «tranquilo» en la entidad, lo que justificó con un revelador «es que ese no era yo».
Cuestionado sobre su relación con el otro implicado en este estrambótico caso, un militar jubilado de 71 años que también salió ayer en libertad con cargos, este chiclanero que fue drogadicto y que confiesa su adicción al alcohol, fue tajante. «Lo he visto ahí dentro (en los juzgados), él ha estado en una celda y yo en la de al lado, pero no he cruzado ni una sola palabra con él. Ni quiero», dijo.