IL CORRIERE

OBVIEDADES DE CÁDIZ

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Gracias a que a mi instituto llegan los periódicos locales estoy intentando recuperar la vieja tradición del profesor de leer el diario en la clase. He empezado a hacerlo durante los exámenes (así evito cogerlos copiando porque hoy te denuncian por quitarles la chuleta que tenían debajo del folio y los padres por acoso, por si acaso) y, ciertamente, mi alumnado se reía de mi gesto hostil. No era para menos; estaba leyendo editoriales, columnas y artículos de opinión.

Están fatal, la verdad, hoy cualquiera puede escribir en un periódico, hasta yo lo hago. Me consta que hay quienes no tienen ni la EGB, peor aún, quienes tienen la ESO. Y lo que es más lastimoso, la falta de originalidad. Vamos a ver, hay dos líneas maestras: los melancólico-nostálgicos y los comentaristas políticos de soy de este partido y lo critico un poquito y a los otros no les paso ni una. A estos últimos se les ve venir por la foto y el apellido. Pero a los nostálgicos es otra cosa. Uno empieza a leer esperanzado y ¡zas!... almacenes de barrio con regusto añejo, salas de fiestas de las de verdad, gente más respetuosa, cuando llegaba el Juan Sebastián Elcano, que si Corpus, que si autobús a peseta, sí, vale, es obvio, que sí, que antes no había móviles, que se aparcaba en la calle Ancha y en la plaza de la Catedral., que Mejías metió un golazo con el Zaragoza, ya lo sabemos, que antes se pagaba menos de luz, que las casapuertas estaban abiertas. Pues no hay modo, es abrir cualquier diario y ahí están contándote lo obvio una y otra vez, encerrados en el pasado. A ver si nos renovamos y no pensamos más en el Pluscuamperfecto de Subjuntivo que si Larra levantara la cabeza., que esos sí que eran artículos buenos, los de antes, en el siglo XIX, cuando en Cádiz había comercio de verdad, ¡qué tiempos aquellos!.