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José María Ruiz-Mateos asume toda la responsabilidad para salvar a sus hijos

Su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional duró apenas 15 minutos en los que leyó un comunicado

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La estrategia del clan Ruiz-Mateos está clara, y ayer se evidenció cuando el fundador de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, asumió la total responsabilidad por la gestión de las empresas de su grupo, con el fin de liberar a sus hijos de las posibles responsabilidades penales por la presunta estafa cometida con los pagarés emitidos por las enseñas del conglomerado.

Ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, Ruiz-Mateos, que se negó a responder a preguntas (ni siquiera las de su defensa) y se limitó a leer un comunicado de cuatro páginas, aseguró que «responde» de todas las consecuencias derivadas de la insolvencia de las firmas de Nueva Rumasa. Su comparecencia ante el magistrado fue breve, apenas duró de las 10.30 a las 10.45 horas, y se basó en ese comunicado que el octogenario imputado tildó de «estricto, riguroso, severo, muy en su sitio».

El empresario jerezano fue el primero en entrar ayer en las dependencias de la Audiencia Nacional, a las que accedió a las 09.20 horas acompañado del letrado que coordina la defensa de la familia, el exfiscal Ignacio Peláez. Minutos después -también con antelación respecto a su hora de citación- entraron en las dependencias judiciales su primogénito Zoilo y su hijo Álvaro Ruiz-Mateos, mientras que su esposa, Teresa Rivero, fue la última en acceder al edificio.

Según fuentes jurídicas, el patriarca afirmó ante el juez que se compromete «a cumplir el compromiso de pagar a los inversores si los resultados de los procesos de concurso no fueran suficientes, poniendo a su disposición las cantidades procedentes de la expropiación» de Rumasa, que sigue sosteniendo que le adeuda el Estado español.

Ruiz-Mateos también achacó el declive de Nueva Rumasa a la crisis económica y a que «un banco muy importante decidió por sorpresa reducir la financiación» de las empresas del conglomerado, por lo que la familia no tuvo más remedio que solicitar el apoyo financiero de particulares. El patriarca de la familia, imputado junto al resto de la familia por estafa, administración desleal e insolvencia punible, no entrará de momento en prisión, después de que el magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 5 de Madrid haya rechazado la petición de las acusaciones particulares de que se adoptara esa medida por su negativa a prestar declaración.

Por su parte, los dos hijos que comparecieron ayer ante el juez -Zoilo y Álvaro- confirmaron la versión de que el padre se encargaba de la gestión y financiación de todas las firmas de Nueva Rumasa y que ellos simplemente ejecutaban las instrucciones de su progenitor, pese a figurar como administradores de las diferentes sociedades. Ellos testificaron durante casi hora y media cada uno, y sí respondieron a todas las preguntas que se les formularon.

Sin ir más lejos, afirmaron que acudieron el pasado 8 de septiembre a la firma de la venta de las empresas al liquidador Ángel de Cabo porque su padre así se lo había pedido en su calidad de representantes legales y que incluso desconocían quiénes eran los compradores.

El primogénito de la familia, Zoilo Ruiz-Mateos, sostuvo que la idea y decisión de emitir pagarés fue del padre y que esas operaciones se llevaron a cabo cuando las sociedades eran solventes, con un resultado de 200 millones de euros captados de un total de 2.500 inversores. Estos datos contrastan con la información de la que dispone la Fiscalía Anticorrupción, que tiene identificados a 1.017 inversores que suscribieron pagarés por un importe de 90,49 millones de euros.