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Banqueros entre rejas

Está por ver que salga una cuerda de presos de la bolsa con banqueros que han hecho fortuna con nuestra ruina

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Ha hecho falta que se aprobaran dos planes de rescate a Grecia, un toque a Italia, una intervención en Portugal y otra a distancia en nuestro país para que Bruselas se dé cuenta de que debe haber sanciones penales para los banqueros.

Ha tardado un poco pero no se lo tengamos muy en cuenta porque Bruselas lleva un arranque de milenio penoso. De momento, esta crisis que nos golpea ha tenido todo tipo de episodios, todos ellos perjudiciales para el trabajador, para el autónomo, para el funcionario, el jubilado, el empresario. Hemos pasado por altas tasas de desempleo, ausencia de créditos, destrucción del tejido industrial. pero está por ver que salga una cuerda de presos de la bolsa repleta de banqueros que han hecho negocio con nuestra ruina. Aquellos banqueros que no se enteraron de la llegada de la crisis y que pretenden sobrevivirla a costa de los demás sin el menor disimulo, por otra parte.

Le ha costado a Durao Barroso darse cuenta de las tropelías que ha cometido una banca a la que hemos financiado entre todos pero que ha sido incapaz de devolver la ayuda en forma de liquidez y préstamos. En especial nos podemos fijar en bonus y jubilaciones producidos en las cajas españolas, que son el Disneyworld de los caraduras autonómicos. Tan jetas han sido que las primeras medidas consistieron en taparse la salida con una suculenta indemnización, o con jubilaciones millonarias. Aquí en España podemos hacer un museo del chorizo con aportaciones procedentes de bancos y cajas, y sería un asombro del resto del mundo que no se pueden imaginar lo que hace el banquero medio por asegurar la manutención de su estirpe durante ocho generaciones. Si torpes fueron en la gestión de la crisis, cuando mostraron su mayor habilidad fue cuando salieron por la puerta de los corruptos, esa que solo está reservada a quienes cortan las dos orejas y el rabo del pilla-pilla nacional. Por supuesto llevados en hombros por acólitos políticos, los mismos que les pusieron en el sillón.

Durao ha tardado un tiempo en darse cuenta de por dónde resopla la ballena, le ha pasado como a Rubalcaba, que ante las encuestas adversas anuncia la dación en pago (algo que durante la legislatura no pudo poner en práctica como vicepresidente). Ambos, Durao y Rubalcaba, se ponen gallitos cuando tienen poco que perder. En otras circunstancias a ver si Rubalcaba se atreve a decirle a Botín lo de la dación en pago en la calle.

Durao, el indignado con corbata, se ha dado cuenta de que el banco que tiene en el parque cerca de su casa «cada vez es su banco y el de más gente». Tardía reacción que amenaza en quedarse en otro brindis al sol, no vayamos a molestar la siesta del tigre que come bonus y beneficios crudos.