Los Duques de Alba, ¿sin luna de miel?

Ya se imaginaban comiendo perdices y dedicándose arrumacos en una playa paradisíaca de Tailandia. Pero puede que los duques de Alba tengan que posponer su ansiada luna de miel. El médico de doña Cayetana, el doctor Trujillo, cree que su salud podría verse resentida por el periplo asiático de veinte días. El amor la ha rejuvenecido, es cierto, pero son ya 85 las primaveras que lleva a sus espaldas, y el cuerpo ya no está para tanto trote.

Tras un breve paso por Madrid para visitar a Eugenia, la duquesa y Alfonso Díez se encuentran de vuelta en Sevilla, donde contrajeron matrimonio hace un par de semanas. Una ceremonia de alcance mundial que un turoperador alemán está utilizando para vender escapadas a Ibiza en solitario. «¿Su novia es todavía más vieja? Lárguese», reza el eslógan de dudoso gusto bajo una foto de los novios.

Aunque los que tienen todas las papeletas para acabar largándose, con la opinión médica en su contra, son Cayetana y Alfonso. Porque, por mucho que el doctor Trujillo diga misa, y la diga en latín, si a la aristócrata se le mete entre ceja y ceja, acabará yendo de luna de miel. Que a obstinada y cabezota no le gana nadie.

Este no ha sido el único disgusto con el que se despertó ayer. La estatua de la duquesa en Sevilla amaneció con los ojos, la boca y los pechos pintados en rojo, y con la palabra 'muerte' escrita al lado del monolito. Un borrón que, seguro, no le afectará si finalmente ponen rumbo a Tailandia.