TODO SEA POR LA RENDICIÓN
Actualizado: GuardarEl resultado de la conferencia de San Sebastián no fue para descorchar el cava. Pero fue un paso, sobre todo para la izquierda abertzale, que avanzó en la construcción del decorado para que ETA pase a mejor vida. La organización terrorista no se va a disolver porque se lo exija el Gobierno o los partidos democráticos. No. Necesita una cobertura propagandística revestida de conferencia internacional o como se llame para justificar ante los suyos que pone el punto final a cuatro décadas de violencia y terror. Se trata, en definitiva, de colocar una pista de aterrizaje al abandono de las armas; o lo que es igual, disimular o edulcorar la rendición.
Los únicos satisfechos de la breve reunión en el palacio de Aiete -por cierto, residencia veraniega de Franco- son los de la izquierda abertzale; el PNV exhibe una media sonrisa y los socialistas, ni eso. La exigencia a ETA de un final «definitivo» de las armas podría entenderse como un gesto plausible, pero la contrapartida a los gobiernos de Madrid y París para que hablen con los terroristas de las consecuencias del «conflicto» anula los aspectos benéficos del emplazamiento.
El Gobierno, de todos modos, se llama a andanas y no se siente concernido por nada de lo tratado en San Sebastián. Deja hacer con la convicción de que reuniones como la de San Sebastián no van a dificultar más el final de ETA, y en todo caso lo van a acelerar. Si para ello hay que escuchar en boca de los mediadores el discurso de Arnaldo Otegi o Rufi Etxebarria, se escucha. Todo sea por construir el teatro para que los terroristas se sientan cómodos en la hora de la claudicación.