Hay pobres que no lo parecen
Los 100.000 parados más nos anuncian que tendrán más probabilidades de sufrir una depresión, de caer en el alcoholismo o la drogadicción
Actualizado: GuardarPor su forma de describir la realidad, se nota que el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, está en contacto con la realidad. Al presentar un penoso informe sobre el aumento y la consolidación de la pobreza en España, afirmó con palabras sencillas: «No somos conscientes de que se está conformando un nuevo mundo en el que los pobres son aún más pobres». Se refería al aumento de las desigualdades que conlleva la crisis. Y les puso cara.
Se escribe mucho sobre la caída del PIB. Se analiza en profundidad si el crecimiento es tímido, si llegará a ser negativo, si entraremos en recesión. Se menciona poco, en cambio, a cada persona empobrecida, a los caídos de la crisis. Se habla de reducir 'camas hospitalarias', cuando deberíamos referirnos a los enfermos que quedarán en la calle. Muchos periodistas hemos tenido que hacer cursos acelerados de macroeconomía para intentar entender lo que está pasando. Y por el camino hemos olvidado las palabras para nombrar la realidad diaria de los seres pequeños.
El déficit es una abstracción. La deuda es una abstracción. No quiero decir que no existan. Son reales, pero abstractos. En cambio, 'pobre' es un nombre concreto. Designa algo terrible: un ser humano que no tiene los medios básicos para subsistir con un mínimo de dignidad. Puede nombrar a alguno de los 300.000 españoles que han sido desahuciados desde que empezó la crisis; a la madre de una familia cuyos miembros están todos en paro; a alguien que trabajó toda su vida y ahora lleva tres años sin empleo. En los periódicos se llama 'paro de larga duración', porque mientras aprendíamos a informar del paro hemos olvidado cómo hablar de los parados.
Estamos tan devastados por este lenguaje deshumanizado que cuando sale otro mal dato de empleo, como el de septiembre, se subrayó que los 100.000 parados más anuncian una nueva recesión. Es falso. Mentimos sin darnos cuenta. Los 100.000 parados más nos anuncian que tendrán más probabilidades de sufrir una depresión, de caer en el alcoholismo o la drogadicción. Nos dicen que tendrán más dificultades para encontrar trabajo en el futuro, que están más cerca de la pobreza. No, me corrijo; la pobreza también es una abstracción: están más cerca de convertirse en pobres. Si al hablar de economía dejamos de hablar de la gente, yo no sé qué basura de ciencia están haciendo los economistas, ni qué mierda de periodismo estamos haciendo los periodistas.