Solvencia en entredicho
La rebaja del rating español hace más urgente la activación de un plan europeo
Actualizado: GuardarHa concluido una semana negra para nuestro país en los mercados financieros: ayer, Standard&Poor's rebajaba la calificación crediticia a largo plazo de España en un escalón hasta a 'AA-' con perspectiva negativa por el elevado desempleo, el débil crecimiento económico, la complicada situación financiera y el alto nivel de deuda del sector privado; S&P se unía así a Fitch, que hace una semana recortó la nota de la deuda de nuestro país dos escalones por el elevado déficit de las comunidades autónomas. Y estas rebajas han tenido lugar después de que ambas agencias se cebaran el martes con la banca española con una bajada generalizada de las calificaciones. La vicepresidenta Salgado restó ayer importancia a tales decisiones, que achacó a la tensión financiera global y, en particular, a la de la zona del euro. Tras el Consejo de Ministros, Salgado describió el vaso medio lleno y aseguró que tanto S&P como Fitch reconocen el trabajo que se ha hecho en España y la resistencia de la economía española «en condiciones adversas». Y quizá para corroborar esta afirmación, la vicepresidenta explicó que el Gobierno mantiene su objetivo «irrenunciable y ambicioso» de concluir el ejercicio con un déficit del 6% del PIB, para el que el Estado va a contar con 4.000 millones extra gracias a 2.000 millones procedentes de la subasta del espectro radioeléctrico y otros 2.000 millones que procederán de un menor gasto en el pago de intereses de la deuda. Lo cierto es que los mercados no han mostrado alarma por estas rebajas, que no recogen fenómenos nuevos que no hayan sido descontados con anterioridad. Por si acaso, el BCE decidió intervenir de nuevo ayer para sostener los bonos españoles e italianos tras las rebajas de 'rating' que han sufrido ambos países. Pese a estas señales que remarcan la crisis, el ambiente general europeo parece entonarse y empieza a cundir en definitiva la sensación de que, una vez asimilada la gravedad del problema, la UE está empezando a no regatear las soluciones. Sin embargo sigue sin aplicarse un plan coordinado que haga frente a los problemas encadenados que lastran la zona del euro: Grecia, deuda y bancos. Una solución global y duradera que debería estar lista, tal y como han prometido Merkel y Sarkozy, antes de la cumbre del G-20 en Cannes los próximos 4 y 5 de noviembre.