El millonario cierre de la NBA, sueño en Europa
Los clubes del Viejo Continente desean retener y fichar a más estrellas si el 'lock out' se mantiene Jugadores y franquicias parecen alejados de la solución de un conflicto que les acarreará grandes pérdidas
Actualizado: GuardarA estas alturas, la NBA acostumbra a estar inmersa en la recta final de la preparación, engrasando los mecanismos de una auténtica maquinaria de hacer dinero. Hasta la fecha, nadie ha pisado un campo y los jugadores no se han vestido de corto. Toda la actividad se centra en los despachos y allí lo único que se suda son trajes, camisas y corbatas, uniforme de rigor en una dura negociación como la que están protagonizando jugadores y propietarios para alcanzar un nuevo convenio laboral. Las posturas están tan alejadas que todavía parece improbable que encuentren un punto de encuentro que suponga la reactivación de la Liga en un corto plazo de tiempo.
La bocina del tiempo reglamentario sonó hace ya varios días. El pasado mes se consumó la cancelación de la pretemporada y esta semana el conflicto ha mutilado las dos primeras semanas del calendario de Liga. En total, un centenar de partidos que no se jugarán y que se traducen en pérdidas millonarias tanto para equipos como para los jugadores, que dejarán de cobrar las nóminas por un montante total de 170 millones de dólares cada quince días de inactividad.
«El actual modelo económico de la NBA es insostenible», aseguraba el comisionado David Stern al salir de la enésima reunión de lo que se está convirtiendo en un auténtico melodrama. Este veterano se enfrenta a su segundo 'lock out', tras el de la temporada 98-99. Ahora intenta que la mayor parte de los ingresos relacionados con un partido de baloncesto acaben en las arcas de las franquicias. Hasta julio, los jugadores se llevaban el 57% y solo están dispuestos a aflojar el 4% en favor de los propietarios. Stern se escuda en que las cuentas de varios equipos se tiñen de rojo cada año. A pesar de ello, mostró su intención de que la competición se reanude el próximo 15 de noviembre. No en vano, los clubes a los que representa ya dejaron de ingresar 200 millones de dólares y, según diferentes estimaciones, perderán aproximadamente 250 millones más por la suspensión del primer tramo del calendario. «Ahora la temporada entera está en peligro», dijo el representante de los jugadores, el base de Los Ángeles Lakers, Dereck Fisher, que, por el momento, perderá casi 300.000 dólares de su sueldo.
Mientras el pesimismo domina el horizonte, el baloncesto FIBA otea con interés y cierta expectación lo que acaece en la galaxia de la NBA. Más de 60 jugadores han optado por buscarse equipo a la espera de la resolución del conflicto. De ellos, más de medio centenar han firmado con clubes europeos con cláusulas de salida en caso de que la temporada se reanude. Las fisonomías de los que han cruzado el charco son variadas. Desde jugadores de segunda línea, que son puro fondo de armario en la mejor liga del mundo, hasta algunas estrellas como Deron Williams.
Nuevos fichajes
Ahora, los grandes clubes sueñan con una prolongación del conflicto que les permita retener a estos fichajes y se abran las puertas a más llegadas que den relumbrón tanto a las competiciones nacionales como a la Euroliga. Solo en España ya se han barajado varios nombres. Tanto los hermanos Gasol, que se entrenan con el primer equipo de Barcelona, como José Manuel Calderón, que hace lo propio con el filial del club de la Ciudad Condal, han mostrado su disposición a jugar en Europa si el 'lock out' se alarga. La misma intención con la que ha viajado Ricky Rubio a Minnesota, donde ya se prepara por su cuenta junto a otros compañeros. Unas incorporaciones que podrían desfigurar la competición allanando a equipos como el Barcelona el camino hacia cualquier título que pretenda conseguir.
En el horizonte ya empiezan a sonar otros nombres como Amadare Stoudamire o Serge Ibaka, que ya ha expresado que comienza a cansarse del conflicto. Sin embargo, la cantidad que exigen es un pago altísimo. Fichas como la de Deron Williams (más de 12 millones de euros) o la del turco Mehmet Okur (cerca de 7 millones) son reflejo de la difícil empresa de acometer estas incorporaciones.
La situación económica ha golpeado con virulencia a muchos equipos, por ejemplo a los griegos. Tanto Olympiakos como Panathinaikos están acorralados por la profunda crisis por la que pasa el país. Quién sabe quién hará saltar la caja. Puede ser que en el norte de Italia consigan traer a Bryant o que Barcelona o Madrid pesquen en río revuelto. Una puja en la que seguro que entran de lleno los petrodólares rusos o los clubes del Bósforo, que parecen empeñados en sacar la chequera y subirse al carro de los ricos del baloncesto continental.